Saray Carrillo se ha convertido en una de las concursantes que más ha dado que hablar en toda la historia de 'MasterChef'. La concursante, que fue presentada desde el principio con la tarjeta de gitana y trans, vivió unas últimas valoraciones convulsas con el jurado y, en una entrevista para Diario de Córdoba, considera que ha sido "el punching ball de 'MasterChef'" desde que comenzó la edición.
"Mi plato en realidad fue una forma de reivindicarme, una forma de decir 'señores, yo no voy a cocinar más para que me humilléis'", explica en relación a su famoso "Pájaro muerto en lo alto de un plato". La educadora social estaba convencida de que iban a expulsarla "hiciera lo que hiciera" y que había una "doble vara de medir". Señala como ejemplo la valoración que recibieron sus galletas morunas: "Decían que era muy básico pero el que iba delante de mí preparó una 'mamacedonia'".
Saray, la concursante más polémica de 'MasterChef 8'
Su expulsión llegó tras los intentos frustrados de Saray por abandonar: "Tenía un contrato, no podía irme". Nunca soñó con convertirse en una experta culinaria y, de hecho, no se presentó al casting. "Ni lo había pensado en ningún momento, pero una redactora que se dedica a buscar perfiles contactó conmigo", recuerda, y asegura que nunca pretendió engañar a nadie: "Yo les dije que sabía cocinar lo típico de una casa pero nada más y, como insistieron, decidí presentarme".
Revivir su paso por los fogones a través de la televisión ha sido un sufrimiento para la cordobesa, que confiesa que el visionado le ha provocado lágrimas y ataques de ansiedad. Pese a su dureza, destaca a Jordi Cruz sobre el resto de los jueces, ante los que hubiese agradecido algo de defensa por parte del resto de concursantes: "Mis compañeros son aborregados y como ven que el jurado es el que manda, se pusieron de parte de ellos, no de mí que no soy nadie". "Pensaba que me llevaría amigos de allí", admite.
Mensajes de odio a raíz de la emisión
Consciente de que su perfil era muy atractivo para el programa, intenta quitarse responsabilidad y no se erige como representante de la comunidad trans y gitana: "Entonces represento también a las gorditas, a las que llevan extensiones... Eso es demasiado peso sobre mis hombros, yo no me represento más que a mí". Denuncia, también haber recibido mensajes de odio durante estas semanas, como "travelo, te vamos a cortar el cuello" o "¿qué se puede esperar de ti si eres gitana?".
Lo más leído
Saray tiene muy claro que quiere quedarse en televisión y le encantaría participar en 'Gran Hermano' o 'Supervivientes' para que el público conozca "cómo soy yo realmente". "Yo me veo en la isla, tengo reservas, y así saldría de allí morenita y delgada", bromea.