La noche del martes 28 de septiembre, Telecinco emitió la tercera gala de 'Secret Story: Cuenta atrás', de la mano de Carlos Sobera. Los seguidores del reality pudieron ver entonces la entrada de Adara Molinero en la casa, como parte de la prueba semanal, además de descubrir cuál de los tres nominados sería el salvado, al tener el menor porcentaje de votos. Finalmente, fue Luca Onestini quien corrió dicha suerte, lo que dejaba el duelo final entre Miguel Frigenti y Sandra Pica.
Sandra Pica, Luca Onestini y Miguel Frigenti, antes de conocer la salvación del italiano en 'Secret Story'
Al comienzo de la noche, el programa mostró los porcentajes del reparto de los votos para expulsar al que sería el tercer concursante eliminado del reality, los cuales se situaban en un 57,6%, un 42,1% y un 0,3%. La última cifra, de hecho, se había mantenido a lo largo de anteriores galas, con variaciones solo en los porcentajes de las dos primeras barras, lo que dejaba fuera de dicha disputa, sin ningún lugar a dudas, a uno de los tres nominados de la semana.
En medio de una tensión en la que incluso Sofía Cristo terminó agrediendo a Miguel Frigenti, lo que terminó propiciando su expulsión disciplinaria, Sobera comunicó finalmente quién había sido el concursante favorecido por los votos del público, Onestini, cuya alegría, al igual que las de sus inseparables compañeros Cristina Porta y Frigenti, se vio empañada por las disputas que se habían desarrollado en una gala cada vez con mayor mal rollo entre los concursantes.
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Un reñido duelo
"Muchas gracias a toda la gente que me apoya, que es mi familia", declaraba el italiano, quien lamentaba "que mis compañeros no estén muy felices con esto, pero creo que pueden intentar comprenderme". "Muchas gracias, Gianmarco, te quiero, estaré siempre contigo", concluyó Onestini, cuya salvación dejaba todo un duelo de cara a la gala del jueves 30 de septiembre, entre Pica y Frigenti. De hecho, los porcentajes de ambos concursantes han estado muy ajustados en los últimos días y, para los habitantes de la casa de los secretos, supone un momento decisivo para dos bandos que, ahora más que nunca, están claramente diferenciados, con el castellano-manchego como centro de gran parte de las grandes polémicas.