Hace unos días nos sorprendió la noticia de que la familia de José María Iñigo intentaba demostrar que la muerte del mítico presentador de 'Directísimo', fallecido en 2018, podría deberse a una intoxicación producida por el amianto presente en los estudios de TVE de Prado del Rey.
José María Íñigo
Tras el fallecimiento de Íñigo, la familia decidió continuar con la batalla legal, primero contra la Seguridad Social y después contra RTVE, para demostrar que el tumor que padecía el comunicador, un mesotelioma pleural asociado a la exposición continua a los asbestos, era consecuencia directa de la fibra de amianto que cubría las paredes de los estudios.
Sin embargo, la Seguridad Social no parece dispuesta a admitir que la muerte del que fuese la voz de Eurovisión entre 2011 y 2017 se debiera a una enfermedad profesional. Y es que a la entidad pública afirma que en la vida laboral de José María Íñigo tan solo constarían 45 días cotizados por su trabajo en Televisión Española desde 2004, una cifra que no tiene en cuenta sus más de tres décadas en la cadena pública.
Por otro lado, la entidad intenta desmontar la acusación de la familia diciendo que solo habría realizado su práctica profesional en esos estudios en cuatro o cinco días de esos 45 cotizados, por lo que la exposición al amianto se habría producido durante muy poco tiempo. Y eso, claro, obviando sus más de treinta años en TVE previos al 2004.
La respuesta de la familia
La acusación, por su parte, ha presentado los contratos laborales que demuestran la vinculación de Íñigo con la cadena pública durante esos años que a la Seguridad Social no le constan y responde que, dado que el periodo de latencia de la intoxicación por amianto es de unos 40 años, la exposición del periodista habría sido mucho mayor porque en aquella época era el conductor de espacios como 'Directísimo', 'Estudio abierto' o 'Fantástico', que eran programas largos y muy complejos que se emitían en directo y requerían de muchas horas de ensayo previo.