Sergio Caballero se ha convertido en uno de los actores más habituales de la ficción valenciana y catalana. Desde que debutase en TV3 con personaje episódico en 'Oh Espanya!', no ha dejado de enlazar papeles en series catalanas como 'Laura', 'Nissaga de poder', 'Laberint d'ombres', 'Psico express' o 'El cor de la ciutat', entre otras. Más tarde saltaría a Canal 9 con 'Autoindefinits', 'Maniàtics', 'Unió Musical Da Capo' y 'L'Alqueria Blanca', aunque este último proyecto se viese interrumpido por el cierre de Radiotelevisió Valenciana. Pero no solo tiene una dilatada experiencia en cadenas autonómicas, el villarrealense ha participado en ficciones nacionales como 'Ana y los siete', 'El comisario', 'La que se avecina' o 'Cuéntame cómo pasó'.
Ahora es uno de los protagonistas de 'La Vall', la primera serie de À Punt, la nueva televisión pública valenciana. Caballero da vida a Carles Simó, un misterioso personaje que se esconde en los alrededores del pueblo. La serie presenta el plan del ayuntamiento para evitar la despoblación, ofreciendo trabajo y alojamiento a las personas interesadas en mudarse. Así arranca 'La Vall', un thriller costumbrista valenciano donde cada personaje esconde algún secreto. FormulaTV ha hablado con el actor para conocer las claves de esta serie, a su personaje y descubrir detalles sobre sus nuevos proyectos: 'La fossa' y 'La dona del segle', con TV3 y À Punt, y 'El embarcadero' en Movistar+.
Sergio Caballero en 'La vall'
Viviste el cierre Canal 9 justo cuando acababas de incorporarte a 'L'Alqueria Blanca', y ahora estás presente en el lanzamiento de Á Punt con 'La vall'. ¿Cómo llevas haber formado parte del cierre y ahora ser parte de la apertura?
Lo llevo muy bien. Me siento un afortunado. La suerte es para quien la busca y no para quien la encuentra. Mi participación en las series de Canal 9 me aportó unos años buenos, pero no se supo encajar el desplome, era una muerte anunciada y no se pusieron las herramientas necesarias para evitarlo. Ahora llevamos mucho tiempo de sequía y, evidentemente, hay ilusión, ganas y esfuerzo por recuperar nuestra televisión. Creo que debemos tener un poco de paciencia porque parece que lo queramos todo para ya. Se ha hecho un esfuerzo por levantar lo que se había desmembrado, es muy necesaria una televisión pública valenciana, tanto por la ficción como para promocionar nuestra lengua.
¿Llegó a emitirse tu participación en 'L'Alqueria Blanca¡?
Creo que un episodio, tampoco se llegaron a rodar muchos más porque estábamos al inicio de la grabación de la temporada. Posiblemente, grabé unos cuatro capítulos y se emitió uno. Pero creo que después de cualquier crisis viene la recuperación. Ahora estamos intentando juntar las piezas, ensamblarla mejor, poner cimientos buenos y tirar para adelante. Aunque sí me sentí triste en su momento, el cierre me pilló con esta serie y fue casi como anecdótico, no tengo la sensación de haber participado en 'L'Alquería Blanca', cerraron y se acabó.
¿Crees que debería volver 'L'Alqueria Blanca' para tener un cierre o continuidad?
No soy partidario del regreso. Primero, a nivel visual se ha avanzado muchísimo. En cinco años, el mundo audiovisual ha pegado un subidón impresionante a nivel nacional y a nivel internacional, en parte gracias a las plataformas. Creo que recuperar 'L'Alquería Blanca' sería como un retroceso. No solo por la parte técnica, pero hemos evolucionado en la manera de contar las historias y en lo que nos puede o no interesar. Por ejemplo, 'La vall' puede ser muy autóctono, muy de pueblo, con historias que nos aproximen, pero se trata de un modo diferentes para sumar público nuevo. Hay mucha gente que todavía no sabe que existe, es tiempo de amasar una nueva generación de espectadores y en eso la gente joven utiliza redes sociales.
Como comentas, la ficción española ha evolucionado a pasos agigantados en estos últimos cinco años, ¿crees que 'La vall' puede estar a la altura de lo que se está haciendo hoy las televisiones generalistas o en TV3?
Creo que se ha dado un paso de gigantes, pero no podemos competir con los presupuestos de otras cadenas. 'La vall' se ha hecho con el presupuesto justo. Pero sí se ha dado un salto a nivel técnico y de guion. Yo me sentí orgulloso de participar en su día en la primera tanda de series, con 'Autoindefinits' y 'Maniàtics'. Me considero afortunado de participar en estos proyectos de índole fuerte o importante que dieron ese salto a nivel técnico y en saber qué ofrecer al espectador. Y esto es lo que está haciendo la productora Mediterráneo Media, con un gran esfuerzo de Pau Martínez y Ana Ramón Rubio. Teníamos muchas ganas de apostar por algo nuevo con mucho exterior, que eso también respira, con una textura de la fotografía. Me emocioné en mi primer capítulo en 'La vall', sobre todo por ver que somos capaces de no tener que emigrar fuera de Valencia para buscarnos la vida, aquí hay gente muy cualificada. A nivel cualitativo, se ha dado un paso que no se equipara bastante al resto. Todos nos hemos apretado el cinturón porque son momentos de despegue. Tenemos mucha ilusión pero luego hay que equilibrar y ser conscientes de que no se pueden volver a repetir patrones de trabajo. Si tienes dinero compras un tiempo, comprándolo tienes una cocción más preparada. Además hay que tener en cuenta la continuidad, porque si esto no se piensa será pan para hoy y hambre para mañana. Nosotros grabamos la primera temporada en abril y mayo, pero hasta que se decida renovarla por una segunda, que me consta se hará, igual nos plantamos en primavera del año que viene. Entonces, habrá pasado un año donde a lo mejor muchos actores han vuelto a emigrar. Creo que necesitamos ya un poco de continuidad, acortar el tiempo para que los profesionales sigan estando aquí.
¿Cómo venderías 'La vall' para el público de toda España que podría seguirla por internet?
La serie nace de la recuperación de la despoblación. El ser humano ha avanzado mucho a nivel de técnico y de comunicación de redes sociales, pero vamos perdiendo el origen. Todo el mundo queríamos emigrar a la ciudad pero ahora la ciudad nos viene grande, hay mucho ruido y hay mucho estrés. Por lo que volvemos al pueblo que es como la esencia de lo que somos. Hay mucha gente que todavía se avergüenza de ser de pueblo, yo no me avergüenzo. Volver un poco a recuperar la esencia, en nuestro caso un pueblo valenciano porque lo que le pasa a las personas podía pasar en otros sitios. Se tocan temas un poco políticos, corrupción o secretos. A todo ser humano le da vértigo asomarse en su interior, esto es lo que le pasa a estos personajes que todos guardan un secreto, unas pasiones ocultas que se concentran en un pequeño pueblo. Esta serie es un thriller que va desvelando poco a poco lo que guardan las mochilas de estos personajes. También tiene comedia más tranquila, amor, pasión, celos, rabia... Las condiciones humanas se repiten a lo largo de la historia y se seguirán repitiendo.
Aparentemente es como que es un poco satélite de la historia. Pero siempre pienso lo mismo de entrada, puede ser más misterioso pero yo lo veo más claro que muchos personajes que salen. Quizás él tiene un secreto, pero luego está como son los personajes, si tienen buen fondo o no, si son nobles o no. Creo que el punto desde donde se mira esta serie es lo que también la hace un poco especial dentro de lo que es el pueblo valenciano.
Nausicaa Bonnín y Sergio Caballero en 'La fossa'
Más allá de 'La vall', estás grabando un coproducción entre À Punt y TV3.
Sí, se titula 'La fossa' y comenzamos la pasada semana a las órdenes de Agustín Vila. Se trata de una coproducción donde hay actores tanto catalanes y valencianos como mallorquines. Me he quedado alucinado con el reparto. Aunque es una miniserie de cuatro capítulos con un final, hay posibilidad de que pueda haber más casos o que pasen más cosas, porque realmente hay muchísimo personajes, somos un montón. Mi suerte fue que el director me llamó llamó directamente para proponerme el papel. Estamos Nausicaa Bonnín y yo para intentar averiguar el caso de estas fosas comunes. Estamos trabajando en una fosa común del pueblo y se descubre que no son únicamente los muertos de la Guerra Civil, hay muchas más cosas que ocultar.
Sí, es un thriller policiaco. 'La Vall' es más de misterio y de personajes y 'La fossa' es también policiaco donde se van destapando las miserias humanas. Parece que hay modas, hace unos años había series de época, luego de los años 50, luego mucha cosa de recreación romana. Siempre hay modas de temáticas. Y ahora parece que ahora tocan los pueblos. Volver a los orígenes, no buscar demasiadas cosas fuera externas, porque dentro hay una riqueza. Muchas veces no le das el valor que tiene a tu pueblo y cuando te vas a otro piensas "¿por qué no valoro lo mío?". Es importante valorar lo que somos, cómo somos y es importante reconocer nuestros propios errores, para poder reciclar y seguir adelante con tus proyectos y aprender.
Sí, casualidades de la vida, a los de Valencia nos toca ir a Madrid a grabar. Aquí se ha hecho la trama de la Albufera con imágenes impresionantes. Ahora Valencia está también de moda, se ha rodado una película que se llama "El desentierro", de Nacho Ruipérez, generando otra vez industria aquí. Parece que se han dado cuenta fuera de que la luz de Valencia es diferente. La luz que tenemos aquí es impresionante, porque tenemos más horas de luz y los reflejos del mar, esta cosa plateada que no deja de irse nunca. En 'El embarcadero' tengo una participación pequeña, un personaje que entra al inicio pero luego lo rescatan para el final. Mi personaje es un arquitecto un poco trepa, y ya se verá por dónde van los tiros.
Pablo Díaz del Río y Helena Font, protagonistas de "Al anochecer", junto al director Sergio Caballero
Como siempre, compaginas televisión, cine y teatro. Ahora te atreves a dirigir la obra "Al anochecer" de Juli Disla.
Estrenamos del 19 al 21 de octubre en Valencia. La compañía nace para reivindicar un poco el espacio de los autores valencianos más allá de sus fronteras, no hacerlo solo en Valencia y que se quede aquí. Existe esta cosa fallera, de tirar una falla y ¡pum!. Queremos que perdure más allá de nuestros límites fronterizos como comunidad. Por eso, queríamos trabajar en castellano. Estos actores han trabajado entre ellos y yo conmigo. Me dieron la posibilidad de dirigir este texto maravilloso de Juli que habla de dos personajes: él y ella, que no tienen nombre y así es como más universal. Ellos tienen la necesidad de superarse con sus propios miedos. Ellos aprovechan esa hora cuando empieza a bajar la luz, porque en la oscuridad es más fácil esconderse de los sentimientos. Esa necesidad de bajar la basura cada día porque si te la quedas en casa huele, pero también de desprenderse de aquellas cosas que nos llenan por dentro, y muchas veces nos ahogan porque huelen, entonces hay que sacarlas. Es una obra de valientes, de tener valentía, de enfrentarse a los sentimientos, a no tener miedo de amar y de ser amado, a reconocer los propios errores e intentar empatizar con el otro más allá de hacerse el víctima. Creo que estamos en una época donde la gente se refugia mucho en esta hipersensibilidad, en esta hiperprotección. Cuando dices una palabra más alta que otra, la gente en seguida se ofende, se siente mal. La única manera de sobrellevar esto es el humor, y la obra lo tiene. Es una comedia, no de carcajada, pero sí por las situaciones que se generan entre dos personas que no se conocen de nada, pero que cada día tienen esos inicios donde empieza una relación que no sabes qué decir. Los silencios, las pausas, forman una parte bastante importante de este espacio que es como un vertedero, la sala se ha convertido en un descampado para que los perros vayan a cagar.
No lo sé, yo ante todo me considero actor y me gusta que me dirijan, que me exijan, que me pidan. Empezaría por un corto, algo pequeñito que pudiera controlar. Por más que he hecho cine y audiovisual, creo que el punto de vista del realizador es muy importante. No sé si estoy preparado para narrar desde ese punto de vista, me tendría que dejar asesorar muchísimo por esa persona. Dirigir actores sí, a eso te diría que sí podría hacerlo porque en mis obras de teatro intento quitarle el teatro al teatro, con mis puestas en escena más audiovisuales, porque he ido creciendo y evolucionando con el mundo audiovisual. Tanto la luz, como el tipo de recorridos que hacen los personajes, que no sea tan a la italiana. He hecho espectáculos que rompen la cuarta pared. A nivel actoral sí que me podría atrever, pero me tendría que dejarme arropar y que me cuiden muy bien, porque tengo mis límites y me gusta romperlos. Dejo la puerta abierta.
¿Tienes algún proyecto más?
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Continúo con la gira de "Cariño", también de Juli Disla. He rodado la película "La gente", de Álex Montoya, y he participado en 'La dona del segle', una miniserie de dos capítulos dirigida por Sílvia Quer, que también es una coporducción entre TV3, RTVE y À Punt Mèdia. Se ha rodado en castellano y en catalán y están Àlex Monner y Elena Martín como protagonistas, jóvenes con un talentazo muy fresco. También estoy a punto de estrenar dos cortometrajes de profesionales valencianos: "Los galgos", de Iñaki Sánchez, y "El buen vino", de Joan Vives. Ha sido una época bastante prolifera y ahora necesito estrenar esto y descansar un poco.