El sexo, tema sin tabúes en una cita de 'First dates': "Me ha puesto palote, fino filipino"

Carolina, una comensal que había tenido ya una cita en 'First Dates', volvió al programa para probar suerte por segunda vez en la noche del jueves 22 de noviembre. La barcelonesa se definió como una "friki" que vivía en un entorno muy distinto a su personalidad, algo que la distanciaba del resto de la gente. Una característica que la acercaba un poco a Diego, su cita, quien admitía no haber tenido mucha suerte en el amor.

A pesar de un primer encuentro algo decepcionante para Carolina, la comensal no dudó en darle una oportunidad a Diego, en una cita en la que el sexo estuvo muy presente. "Quizás sea un poco fiera, y cuando alguien es más delgado que yo o igual que yo, tiene pocas posibilidades, porque lo exprimo", reconoció Carolina en un momento de la cita, provocando la risa de Diego.

"Necesito a alguien que de tamaño sea mínimo como yo o más grande. Si puede ser, el doble", prosiguió la comensal, que concluyó que su "perfil ideal" era "Obélix". "¿Por qué no? Es probarse y ponerse un poquillo a zampar", declaró Diego, fuera de la cita. "Tampoco quiero ir matando a sexo a la gente", continuó la barcelonesa, a la que su cita se lanzó a calificar como "leona". "Eso si consiguen sacármelo", matizó Carolina, que insistió en que su pareja "tenía que pesar bastante". "Me ha puesto, por no decir palote, como el de 'La que se avecina'. Me ha puesto fino filipino", reconoció Diego, ante la confesión de su cita.

Una cita de final agridulce

A pesar de los esfuerzos de Diego, llegó un punto en la cita en el que Carolina optó por disfrutar y rendirse en cuanto a encontrar en él una posible pareja. La barcelonesa le hizo incluso la cobra cuando él intentó besarla, algo que Diego acabó tomándose de buen humor. Aunque ambos disfrutaron del encuentro, Carolina admitió al final que, a pesar de que no tendría problemas en quedar con él de nuevo dadas sus afinidades, no lo veía como una pareja potencial. Ni siquiera cuando Diego se atrevió a confesarle su mayor habilidad en la cama: la lengua. Un comentario que solo hizo reír a su cita en la decisión final.