Unas largas semanas de negociaciones han culminado este lunes 20 de noviembre con la conformidad de una sentencia dictada por el magistado José Manuel del Amo. Shakira ha aceptado los hechos de los que se le acusaba, afirmando que defraudó 14,5 millones de euros a Hacienda en España entre 2012 y 2014 (una cantidad que ya devolvió).
La artista debía pagar en España sus impuestos mientas era residente fiscal, pero Shakira defendía que en esa época viajaba por todo el mundo haciendo conciertos y que era una nómada que hacía visitas esporádicas a Barcelona para ver a Piqué. Sin embargo, la investigación llevada a cabo por la Agencia Tributaria determinó que pasaba más de medio año en este país, condición que determina que sea considerado residente fiscal cualquier ciudadano.Shakira, a la llegada del juicio
Por ello, la artista y las acusaciones (Fiscalía, Abogacía del Estado y Generalitat) han pactado una pena de cárcel de tres años y una multa de 7,3 millones de euros. Haber afirmado estos hechos han hecho que la condena se reduzca, pues en un inicio lo que se pedía eran ocho años y dos meses de prisión y una multa de 23,5 millones.
Otra multa para no ingresar en prisión
Este pacto suma también la sustitución de los años de cárcel por una multa más de 432.000 euros, algo que la artista habría aceptado para no ingresar en prisión. De este modo, Shakira acepta los cargos por un lado para evitar la exposición pública, por otro lado, por no ser encarcelada y, por último, por sus hijos, tal y como ha expresado en un comunicado que recoge El País.
"Tengo que escoger mis batallas y la más importante ahora es hacer todo para que mis hijos vivan una vida plena y enfocarme en lo que es realmente importante: verlos crecer y pasar tiempo con ellos, sin someterlos a la angustia de ver a su madre en un juicio penal con el desgaste que supone", expresa la artista que ya no puede recurrir y que ya podría regresar a Miami con sus hijos cuando ella quiera.