La huelga de guionistas ha enfrentado a los showrunners a una compleja encrucijada: seguir las órdenes de los estudios o apartarse de los proyectos a su cargo. Desde que los guionistas cerraran sus ordenadores el pasado 2 de mayo, las grandes compañías han amenazado con suspender los acuerdos de sus creativos si no acatan con la exigencia de seguir realizando las tareas ajenas a la escritura. Sin embargo, la WGA ha alegado que es imposible disociar esas tareas y las críticas se han dirigido a quienes han intentado hacerlo, como Tony Gilroy, creador de 'Andor'.
"Es imposible que un escritor-productor pueda "acabar" de escribir y empezar a únicamente producir. Y si los guiones realmente han sido acabados, que los enseñen. Si hay alguna palabra diferente en el producto final, echad a Tony Gilroy de la WGA", expresaba el guionista Abdullah Saeed, tachando de "esquirol" al autor de la serie de 'Star Wars' después de que Gizmodo revelara que iba a seguir trabajando en 'Andor' limitándose a su faceta de productor, ya que los libretos habrían sido rematados antes de la huelga.
Tony Gilroy en el rodaje de 'Andor'
Ante esta polémica y teniendo en cuenta el rechazo de la WGA a la disociación, Gilroy se ha puesto contacto con The Hollywood Reporter para manifestar su nueva postura: "Paralicé todo mi trabajo relacionado con la escritura en 'Andor' antes de la medianoche del 1 de mayo. Después de que me informaran en la reunión de showrunners del sábado, el domingo comuniqué a Chris Keyser de la WGA que también iba a cesar todas las funciones no ligadas a la escritura". Además, el reputado cineasta también aclara que desde que se decretara la huelga no ha estado presente en el set de la segunda y última temporada de 'Andor' que, si todo sigue el plan establecido por Lucasfilm, llegará en verano de 2024.
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Al margen
A pesar de no haber pisado el set, Gilroy sí que desempeñó tareas ligadas al casting o la banda sonora, pero este cambio de parecer le aleja temporalmente de cualquier ámbito del desarrollo. De esta manera, el sindicato logra una importante victoria en su pelea por demostrar que por mucho que un guionista también sea productor, es prácticamente imposible desligar ambos oficios en plena producción, sobre todo en producciones de grandes franquicias, donde siempre se producen reajustes para que los extensos rodajes tengan una cierta coherencia.