El 24 de enero de 2011, se presentó oficialmente 'Polseres vermelles', serie catalana creada por Albert Espinosa que contaba la historia de un grupo de amigos que estaban obligados, por distintas situaciones, a pasar mucho tiempo en un hospital, donde acababan formando una fuerte piña con cuyo apoyo lograban ir superando las dificultades que conllevaban sus distintas dolencias y situaciones. La historia, repleta de momentos tanto alegres como trágicos, acabó traspasando fronteras para emitirse en otros países e incluso generó adaptaciones internacionales en países como Alemania, Francia, Perú o Estados Unidos.
Los protagonistas de 'Los espabilados' en uno de los carteles promocionales
Una década después del debut de aquella producción en TV3, Espinosa y Movistar+ traen a los espectadores una nueva producción centrada en un peculiar grupo de amigos: 'Los espabilados'. En esta ocasión, la historia cuenta la huida de cinco jóvenes de un centro psiquiátrico, y su viaje para intentar que no vuelvan a internarlos, mientras disfrutan de una más que ansiada libertad. Una ficción que, de hecho, Albert tenía pensada desde hacía años, antes incluso del lanzamiento de 'Pulseras rojas', dado que el escritor reconoció en una entrevista a FormulaTV que "fue la primera serie que intenté vender".
No obstante, una producción como esta era algo complicada de vender a cadenas generalistas más de una década atrás, cuando era impensable producir una serie con episodios tan breves, tal y como los tenía organizados Espinosa. Ante el inminente estreno de esta nueva serie el próximo 29 de enero en Movistar+ y con motivo del décimo aniversario del estreno de su predecesora, disponible actualmente en plataformas como Amazon Prime Video o Filmin, en FormulaTV recopilamos algunos aspectos que ambas series tienen en común, a pesar de contar historias diferentes.
1 Basadas en la experiencia personal
Algunos de los protagonistas de 'Pulseras rojas' y 'Los espabilados'
Al igual que ocurría con 'Pulseras rojas', 'Los espabilados' también tiene su origen en las propias experiencias de Albert Espinosa. El polifacético barcelonés fue diagnosticado de osteosarcoma, un cáncer óseo, a los trece años de edad, además de que tuvo que someterse a la extirpación de un pulmón a los dieciséis años y parte del hígado un año más tarde. Unas dificultades por las que Espinosa pasó hasta diez años en el hospital, lo que le sirvió de inspiración no solo para la primera ficción mencionada, sino también para la segunda.
Tal y como reconoció el escritor en su más reciente entrevista a FormulaTV, "el nombre de 'Los espabilados' viene de un grupo de chavales que yo conocí de pequeño en el hospital", quienes se convirtieron en una de sus múltiples fuentes de inspiración para crear historias, dada la "felicidad" y la "energía" que destilaban y que tanto llamó por entonces la atención de Espinosa. Además, ambas ficciones también cuentan con el "apoyo" de una novela del barcelonés: mientras 'Pulseras rojas' estaba basada en "El mundo amarillo", publicada en 2008; 'Los espabilados' tiene su origen literario en "Lo que te diré cuando te vuelva a ver", lanzada al mercado en 2017.
2 Las enfermedades, base de la ficción
Jordi y Lleó en 'Pulseras rojas' y Mickey, en el psiquiátrico, en 'Los espabilados'
Tanto 'Pulseras rojas' como 'Los espabilados' cuentan con protagonistas que sufren algún tipo de dolencia. Sin embargo, la diferencia entre ambas ficciones reside en el "tipo" de afección a las que deben hacer frente sus personajes principales: mientras que la mayor parte del grupo de Lleó (Àlex Monner) padecía alguna enfermedad física (a excepción de Cris, interpretada por Joana Vilapuig, que sufría anorexia); en el caso de los personajes liderados por Mikey (Álvaro Requena), se enfrentan a distintas enfermedades mentales. Mientras que en la primera, tal y como confesaba Espinosa, su objetivo era "cambiar la idea del cáncer infantil", algo que se modifica totalmente en la producción de Movistar+, con la que se persigue transformar esas ideas preconcebidas "sobre enfermedades algo ocultas, que son las mentales".
Sobre este segundo tipo de afecciones, como señalaba Albert, aún hoy en día son un "tabú", especialmente cuando los niños son los afectados. "Es una serie que intenta vaciar psiquiátricos y que no les den 14 medicamentos. Con los chavales protagonistas estuvimos en muchos centros y quedaron fascinados por la fuerza y energía que tienen", confesaba el escritor, al hablar de la experiencia al rodar 'Los espabilados". A pesar de este punto en común, ambas ficciones comienzan en puntos distintos en lo referente a las enfermedades: en 'Pulseras rojas' son prácticamente el eje de lo que va ocurriendo en cada episodio, desde el comienzo, mientras que en 'Los espabilados' se va mostrando poco a poco lo que guarda cada uno de sus personajes durante su huida en busca de libertad.
3 Un canto a la vida y al optimismo
Cris, sonriente en 'Pulseras rojas' y Guada, protagonista de 'Los espabilados'
A pesar del tratamiento de múltiples temas de gran importancia o de enfocarse en dolencias de diferentes clases, tanto 'Pulseras rojas' como 'Los espabilados' pretenden dar un toque animado a unas historias que, de primeras, pueden dar la impresión de que estarán cargadas de tragedia y tristeza. Sin embargo, Espinosa logra sacar siempre algo de luz en cada oscura situación, lanzando así todo un canto a la vida y al optimismo, como es habitual en sus obras, tanto audiovisuales como escritas.
"Es una serie con mucha felicidad, de muchas aventuras y creo que a la gente le tocará el corazón", confesaba Espinosa, a la hora de valorar 'Los espabilados'. Una producción sobre la que el escritor aclaró que "no es una serie de hospitales, sino vitalista que te da ganas de vivir", aunque sin restar ese lado algo "oscuro" o dramático con el que cuenta también 'Pulseras rojas' en medio de las aventuras de sus protagonistas y aquellos personajes que los rodean. No obstante, esa mezcla no impide que predomine el optimismo y la esperanza, consiguiendo historias y enfoques que se pueden convertir en toda una lección para el espectador.
4 Un grupo unido y varipinto
Algunos de los chicos de 'Pulseras rojas' y 'Los espabilados'
La historia de 'Los espabilados', al igual que la de 'Pulseras rojas', gira de nuevo en torno a un grupo de amigos, unidos por sus circunstancias. Ambas producciones muestran así relaciones a distintos niveles entre personajes muy diferentes, que se van desarrollando a medida que avanza la trama y los protagonistas van teniendo la oportunidad de conocerse un poco más. Asimismo, en 'Los espabilados' podemos detectar ciertos "aires" en sus personajes que recuerdan a aquellos de los que disfrutamos en 'Pulseras rojas'. De hecho, en la producción de Movistar+, se repiten bastante calcados los mismos roles que se mencionaron en la serie de TV3: "el líder, el segundo líder (el cual sería el líder si no existiese ya el líder), el imprescindible (sin el cual el grupo no podría existir), el guapo, el listo y la chica".
Con ese patrón como base, se detectan algunas similitudes entre Lleó y Mickey, puesto que ambos chicos se alzan como líderes del grupo, ya sea explícitamente o de forma espontánea, y siempre toman la iniciativa, al igual que no dudan en defender a sus amigos ante cualquier dificultad. En el caso de Yeray (Marco Sanz), el "segundo líder" de 'Los espabilados' tiene mucho de Ignasi (Mikel Iglesias), como su fuerte carácter y su rivalidad casi constante con Mickey. Un aspecto al que se suma incluso el hecho de que, al igual que el personaje de 'Pulseras rojas', Yeray llega al centro psiquiátrico sin asumir su dolencia y se rebela contra sus problemas en lugar de hacerles frente, al principio de la ficción.
Guadalupe (Sara Manzano), por su parte, guarda bastantes similitudes con respecto a Cris: ambas, aparte del hecho obvio de que son las "chicas" del grupo, tienen personalidades aparentemente inquebrantables y no dudan en alzar la voz contra aquello que no les gusta, al mismo tiempo que muestran un lado tierno con aquellos que se ganan su cariño. No obstante, cada una lidia con su propia enfermedad de una forma diferente, aunque ambas acaban haciéndole frente. En cuanto a Samuel (Aitor Valadés), el cuarto "espabilado" sufre un problema alimenticio, al igual que Cris, pero en un sentido totalmente opuesto, lo que supone un cierto nexo de unión entre ambos.
Además, Sam es un personaje tierno, comprensivo, como lo era Roc (Nil Cardoner), del que también podemos encontrar un cierto reflejo, al comienzo de 'Los espabilados', en Lucas (Héctor Pérez): es un personaje que está presente solo físicamente, por circunstancias muy distintas a las de Roc, y mantiene un vínculo de amistad con el resto del grupo a pesar de ello. No obstante, una vez superada dicha fase, Lucas se convierte, en cierto modo, en una mezcla entre Toni (Marc Balaguer), y Álex (Mireia Vilapuig), un personaje secundario de 'Pulseras rojas' que acabó acortando distancias con el grupo, dada la calma y comprensión que demuestra, además de su siempre acertada intuición y su forma directa de decir las cosas.
5 Un mismo punto de partida con distintos caminos
Lleó y Jordi en 'Pulseras rojas' y Mickey y Yeray en 'Los espabilados'
Las historias de 'Pulseras rojas' y 'Los espabilados' arrancan en sendos hospitales: mientras que los protagonistas de la primera se encuentran en un hospital general, los de la segunda ficción están ingresados en un hospital psiquiátrico. Ninguno de ellos puede salir, aunque los segundos tienen una menor libertad que los primeros y, de hecho, están en su complejo contra su voluntad y se rebelan contra los tratamientos a los que los someten.
Esa rebeldía y ese malestar que sienten los espabilados es lo que acaba desencadenando que los caminos entre las tramas de ambas ficciones se distancien después de partir de un punto muy similar. Mientras que 'Los espabilados' explora la huida de un grupo de amigos a lo largo de diferentes localizaciones, con una especie de "cazador" contratado por el hospital pisándoles los talones para devolverlos al centro, los pulseras rojas permanecen en todo momento en el mismo complejo, donde viven sus distintas "aventuras", lidian con sus problemas e interactúan con diferentes personajes.
De hecho, 'Los espabilados' cuenta, quizás, con un menor contacto con otras personas fuera del grupo de amigos, dando una mayor importancia a lo que les ocurre a los protagonistas y cómo se relacionan entre ellos, que lo que pueda suceder a aquellos secundarios que los rodean. Algo muy diferente a lo que sucedía en 'Pulseras rojas', donde eran habituales las interacciones, a un nivel más profundo y de forma más habitual, con familiares u otros ingresados que pasaban por el hospital, como podían ser los casos de Roger (Marcel Borràs), el auxiliar de enfermería Mercero (Xicu Masó), el doctor Josep (Andreu Rifé) o la doctora Andrade (Marta Angelat).
6 Los adultos, un complemento de la trama
Andreu Benito como Benito en 'Pulseras rojas' y Miki Esparbé como Izan en 'Los espabilados'
Puesto que tanto 'Pulseras rojas' como 'Los espabilados' cuentan con historias que giran en torno a un grupo de adolescentes, los adultos apenas tienen presencia a lo largo de los hechos que se recogen. No obstante, eso no resta importancia a los papeles que juegan en ambas ficciones, hasta el punto de que se convierten, en cierto modo, en desencadenantes de lo que sucede en ambas producciones: mientras que Benito anima a Lleó a formar un grupo de amigos en el hospital al compartir con él los distintos "papeles" que podían componerlo, el doctor Del Álamo (Àlex Brendemühl) es quien provoca, en cierto modo, que los espabilados acaben escapando del complejo que dirige.
Este segundo personaje ejerce también como antagonista a lo largo de 'Los espabilados', algo con lo que no cuenta 'Pulseras rojas', donde los problemas surgen principalmente a raíz de las dolencias que sufren sus personajes y cómo lidian con ellos, aunque también surjan ciertas rivalidades y enfrentamientos a lo largo de la trama. El papel de Del Álamo como antagonista es el de asegurarse de que los protagonistas de la producción de Movistar+ vuelvan al centro sanos y salvos para continuar con sus tratamientos, algo que va totalmente en contra de la meta que persiguen los chicos, ávidos de libertad, lejos de las paredes del hospital y las pastillas que les administran.
Para lograr su objetivo, el doctor cuenta con la ayuda de Izan (Miki Esparbé), cuyo objetivo es el de "cazar" a los espabilados con discreción, para evitar informar ni a la policía ni a los familiares de los jóvenes, y que también muestra ciertas debilidades y aspectos que lo acercan a los protagonistas en algunos momentos. En contrapunto con su labor, podemos encontrar al doctor Sánchez (Bruno Sevilla), un profesional mucho más comprensivo que su colega y que, en ocasiones, no irá precisamente a favor de quien es su jefe. Un papel más similar al que suelen ejercer los adultos que rodean a los pulseras rojas, cuyos objetivos son principalmente ayudar a los chicos y ejercer como apoyo y guía para ellos.
7 La unión de drama y comedia
Mikel Iglesias es Ignasi en 'Pulseras rojas' y Aitor Valadés, Samuel, en 'Los espabilados'
Más allá del optimismo y la alegría que destilan tanto 'Pulseras rojas' como 'Los espabilados' en muchos de sus puntos a lo largo de sus episodios, ambas se caracterizan por mezclar elementos que contengan ambos aspectos mencionados con un lado más dramático y más "crudo", más duro para sus protagonistas y el espectador. Esa realidad que a veces tan poco se muestra, en estos casos tanto sobre la vida en el hospital como aquella dentro de un psiquiátrico o mientras uno trata de lidiar con una enfermedad mental en un mundo que no te comprede, y que ambas producciones recogen en distintos momentos a lo largo de la historia.
De esa forma, ambas ficciones creadas por Albert Espinosa cuentan con distintas dosis de cal y arena con las que mantienen el interés del espectador y lo conmueven en múltiples sentidos, lanzando mensajes en los que predomina el hecho de que es tan importante saber lidiar con los problemas y las dificultades, como sacar partido de ellos y quedarnos con lo mejor. Un amalgama que, además, cuenta con un punto de unión común entre ambas producciones: una voz en off, de uno de los protagonistas, que nos va guiando a lo largo de la historia.
No obstante, en este aspecto existe un importante matiz que separa ambas series. Mientras que en 'Pulseras rojas' es Roc quien nos "ilumina" el camino más allá de lo que podemos ver, en 'Los espabilados' hay distintos personajes que realizan ese papel de "narradores", que aportan un poquito de ellos mismos y nos ayudan a entender cómo se enfrentan a su situación, lo que esconden, lo que sienten. Dicho recurso llega a situar a los protagonistas rompiendo la cuarta pared para dirigirse directamente al espectador, en la búsqueda de una comprensión, una conexión que funciona en medio de esa mezcla de "cosas buenas" y "cosas malas" que van afectando al grupo y a cada uno de sus miembros.
8 El tratamiento de temas serios y profundos
Cris y Jordi en 'Pulseras rojas' y los protagonistas de 'Los espabilados' reunidos con un anciano
La temática de 'Pulseras rojas' y 'Los espabilados' no se centra únicamente en las enfermedades y dolencias que padecen sus protagonistas, sino que profundiza en ellos y arroja luz sobre asuntos de gran importancia en la sociedad actual, como puede ser el hecho de tener que lidiar con el hecho de estar encerrado en un hospital por una dolencia o el verte obligado a aceptar una enfermedad mental que muy pocos parecen comprender. Así, en ambas series podemos encontrar momentos en los que sus personajes han de lidiar con cuestiones tan serias como la pérdida, la muerte o el suicidio, en las que cada uno de sus protagonistas reacciona de una determinada manera.
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Tal y como adelantaba el propio Espinosa, en 'Los espabilados' "encontraremos historias un tanto sorprendentes", al igual que sucedía en 'Pulseras rojas'. Este enfoque nace de la firme creencia del barcelonés de "que los jóvenes de ahora no tienen fronteras mentales y se puede hablar de todo", razón por la que la ficción de Movistar+ no muestra tapujos al centrarse en temas como el bullying, las rupturas sentimentales o la eutanasia, al igual que otros muchos. Un recurso con el que pretende no solo darles visibilidad, a veces incluso desde distintas perspectivas, sino también derribar tabúes y prejuicios, invitando a reflexionar mientras se alejan de un mero tratamiento superficial, para adentrarse en muchas ocasiones más a fondo en algunas de estas cuestiones.