"Skam" es un término escandinavo con difícil traducción al castellano. Su aproximación más cercana rondaría nuestro concepto de "vergüenza", si bien hace referencia a una sensación más íntima, con connotaciones de deshonra y descrédito. Un ejemplo que casualmente viene al pelo para ilustrar el caso de la serie a la que esta palabra da nombre: 'Skam' es la victoria de lo local frente a lo universal, de la fuerza de lo íntimo frente a explosiones y fuegos artificiales. El triunfo de conocer al milímetro al público al que te quieres dirigir.
En un mundo cada vez más globalizado en el que una ficción nacional puede convertirse en un fenómeno internacional, el desafío radica en que el espectador pueda sentirse identificado con problemas y personajes que sienta cercanos. El amor, el miedo o la soledad son sentimientos universales a los que nunca será tan efectivo apelar como si se hace a través de situaciones locales; por eso, la proximidad y el conocimiento de la cultura de cada sociedad serán las grandes armas de las televisiones para sobrevivir frente a la amenaza de las plataformas y gigantes audiovisuales.
La cadena pública noruega NRK estrenó el 25 de septiembre de 2015 'Skam'. Sin ninguna promoción previa, el primer episodio fue visto por apenas 4.000 personas. Hacia el final de la segunda temporada la serie aglutinaba ya a dos millones de espectadores y era todo un fenómeno entre los jóvenes, hasta el punto de que los institutos interrumpían las clases para que los alumnos pudiesen ver los episodios. ¿La clave? El retrato de tú a tú de una juventud que a menudo es tratada con condescendencia dentro y fuera de la pantalla.
El éxito noruego: ajustar (pero de verdad) forma y contenido al consumo actual
Las protagonistas de 'Skam España'
Por un lado, Noruega supo dar con el híbrido perfecto entre las grandes producciones de televisión y el consumo actual de los jóvenes, entre quienes los productos breves para segundas pantallas están ganando terreno a pasos agigantados. Por otro, sus historias no tratan a los adolescentes como pequeños adultos, sino que ponen sus problemas y preocupaciones en el lugar que ocupan en su día a día, el lugar que merecen en una serie destinada precisamente a ese público.
La particularidad de 'Skam' es que ocurre según lo ves. La audiencia tiene la sensación de formar parte del grupo de amigos de los personajes porque los episodios, de corta duración, se emiten a través de la web de la serie en el momento en que se supone que ocurren. Si la escena muestra la entrada al instituto, el vídeo se cuelga a primera hora de la mañana. Paralelamente, se complementa con capturas de las conversaciones de WhatsApp y perfiles en redes sociales de los protagonistas, cuyo contenido enriquece las tramas principales.
La televisión pública noruega intentaba utilizar la serie para dar herramientas a los jóvenes y ayudarles en sus problemas diarios, si bien acabó por enganchar a los adultos, que descubrieron una forma distinta de superar la brecha generacional. "Los años pasan pero lo que te motiva sigue siendo bastante similar a lo que te motivaba en la adolescencia", señala Begoña Álvarez Rojas. Ella es la directora y productora ejecutiva de 'Skam España', encargada de adaptar la ficción a nuestro país.
Un extenso estudio entre jóvenes, base de la adaptación española
Movistar+ y Zeppelin realizaron un estudio con 200 jóvenes españoles
Una breve toma de contacto con la ficción original fue suficiente para que Movistar+ decidiese adquirir los derechos y encargar el proyecto a Zeppelin TV: "Vimos las cuatro temporadas en solo dos días", confiesa la directora. El equipo se trasladó a Oslo para asistir a un workshop en el que rápidamente llegaron a la conclusión de que la adaptación no podía consistir simplemente en traducir los guiones al castellano. Eso habría sido una traición a la idea de base y, posiblemente, las inquietudes nórdicas no habrían conectado con las españolas.
"No puedes repetir un milagro. Pensamos en repetir el proceso y no la serie", señala Fran Araújo, directivo de Movistar+ y también productor ejecutivo de 'Skam España'. La máxima era "tratar con respeto a los adolescentes", recuerda Begoña Álvarez, y para ello lo primero era conocer sus preocupaciones en nuestro entorno y momento. Se inició entonces un estudio en el que participaron 200 adolescentes, tres psicólogos y un educador social, encabezado por el psicólogo Jesús López Menéndez.
Mediante entrevistas individuales y grupales, descubrieron que la mayoría de los jóvenes relacionan el periodo de la adolescencia con una sensación de agobio y estrés por todo lo que no se atreven a exteriorizar. Fue curioso también observar el salto cultural entre España y Noruega. Por ejemplo, en nuestro país hay más desigualdad social y la situación económica del hogar acaba por afectar a los jóvenes. Pese a que en "lo profundo" somos todos iguales, hay diferencias como la edad de emancipación que distinguen claramente un contexto del otro.
Las sesiones sirvieron para extraer los temas que preocupan a los jóvenes y su forma de abordarlos, de manera que se pudiese enriquecer el tratamiento de las tramas. Se pretendía respetar los guiones originales pero complementarlos e incorporar variaciones para que la gran comunidad de seguidores de la serie noruega también pudiese sorprenderse con el devenir de las nuevas tramas.
Los actores, parte activa de la creación de la serie
El casting de 'Skam España' debía estar formado por actores totalmente desconocidos
El papel de los actores en 'Skam España' va más allá de la actuación. Los guiones se terminan junto a ellos y son escritos pensando en su personalidad real por un equipo joven, de menos de 30 años. Sorprende ver, al echar un vistazo a las páginas del libreto, cómo en ocasiones hay emojis que sustituyen a frases y acotaciones. Los intérpretes realizan también sugerencias musicales que se acaban incorporando a la banda sonora de la ficción, a la que se ha puesto especial atención.
En esta serie lo importante no es recitar la línea al dedillo, sino que la historia avance. Begoña Álvarez lleva a cabo una dirección en la que evita a toda costa interferir en los actores, para lo cual los sitúa en localizaciones naturales y desarrolla una realización "invisible".
Una idea revolucionaria con éxito internacional
La emisión transmedia, clave en 'Skam España'
El 9 de septiembre se estrenó la primera temporada. Como en la original, la serie narra los dos últimos años de instituto de cinco amigas a lo largo de cuatro temporadas, por lo que se espera que se vayan estrenando cada seis meses. Cada temporada está centrada en un personaje, que en el caso de Noruega fueron tres chicas y un chico y en el de España se ha elegido a Eva como primera protagonista.
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Habiendo nacido en el seno de la cultura escandinava, es todo un logro que el formato haya sido vendido también a EEUU, Francia, Alemania e Italia. Una serie que avanza con el transcurso del tiempo pues, por ejemplo, cuando nació en Noruega la red social predominante era Facebook y ahora, en España, Instagram tiene que ser la vía principal de comunicación de los personajes. 'Skam' es el retrato de la generación nacida a partir del año 2000, de sus problemas, de sus sentimientos y, sobre todo, de lo que no se atreven a decir. Será el tiempo el que determine si el éxito se puede adaptar a nuestro país.