Sophia Bush detalla los factores que le hicieron abandonar 'Chicago P.D.'

Desde que se anunció la salida de Sophia Bush de 'Chicago P.D.', la actriz no ha querido hablar demasiado sobre las razones que la llevaron a abandonar. Tras mucho tiempo callada, hace un año rompió su silencio y, sin entrar en demasiados detalles, confesó en una entrevista que se sentía como si estuviese atrapada en un edificio en llamas debido a la atmósfera que se respiraba en el set de rodaje.

Hace unos días, la actriz que interpretó a la detective Erin Lindsay durante cuatro temporadas reveló durante una entrevista para el podcast del actor Dax Shepard, "Armchair Expert", algunos detalles de las condiciones en el set "y la avalancha constante de comportamiento abusivo" que la llevó a abandonar la serie de dink Wolf en 2017. "Me programé para tolerar lo intolerable", dijo Bush.

"Renuncié porque me di cuenta que he estado tan programada para ser una buena chica y un caballo de batalla para tirar del carro que siempre anteponía al equipo, a la serie y al grupo por delante de mi propia salud", afirmó la actriz, que aseguró que "su cuerpo se estaba desmoronando porque era realmente infeliz". Además, rodar exteriores en una ciudad con un invierno tan gélido como Chicago no ayudaban nada.

Mal ambiente en el set

A pesar de que Bush nunca lo confesó, en su momento quedó bastante claro que el comportamiento airado de su compañero Jason Beghe tuvo mucho que ver con la marcha de la actriz. De hecho, poco después de su salida, el actor se disculpó públicamente por su comportamiento inapropiado en el set relacionado con sus "problemas de ira" después de que la cadena investigase las quejas presentadas por varios empleados.

Aunque reconoce que lo pasó muy mal, al comparar su experiencia en 'Chicago PD' con la de 'One Tree Hill', Bush deja claro que fue muy diferente. "Con uno decíamos: 'Oh, Dios, ha vuelto'", en referencia a Mark Schwahn, creador de 'One Tree Hill', que fue acusado el año pasado de mala conducta sexual por varias trabajadoras de la serie, incluída Bush. "Y con el otro era un aluvión constante de comportamientos abusivos. Y sabes que empiezas a perder el rumbo cuando alguien te asalta en una habitación llena de gente y todos literalmente miran hacia otro lado, miran el suelo, miran al techo, y tú eres la única mujer en la habitación, y hombres que son el doble de su tamaño no hace nada, y piensas, 'Oh, ¿no valía la pena defenderlo? ¿No valía la pena defenderme? "

"Y, por cierto, cuando tus jefes te dicen que si armas jaleo, les costará a todos su trabajo, te los crees", agregó Bush, que recordó que intentó cambiar la situación hablando con los productores del drama tras la primera lectura de guión de la cuarta temporada. Les avisó de que si las cosas no cambiaban, se marchaba a final de año a pesar de que aún le quedaban tres años más de contrato. Pero la advertencia, como ahora sabemos, no surtió efecto.

Amenazó con hacerlo público

Llegado a ese punto, Bush dejó claro a los productores que lo que más les convenía era dejar que se fuese sin oponer resistencia. "Podéis dejarme ir tranquilamente por mi cuenta, o podéis ponerme en la posición de demandar a la cadena para sacarme de mi contrato y entonces escribiré un artículo de opinión para el New York Times explicando por qué." Por suerte, la actriz tuvo de su lado a Jen Salke, presidenta de NBC Entertainment, que se enteró de todo el asunto cuando ya no había vuelta atrás y no sólo no puso ningún obstáculo a su salida, sino que la facilitó.