El Caso Cantora no para de sumar capítulos a su ya de por sí extenso argumento. Que la entrevista de Kiko Rivera en 'Viernes deluxe' no fue algo fácil pudo palparse a través de la pantalla, algo que Irene Rosales, su mujer, llegó a vivir con sufrimiento: "Si digo que estoy bien, te miento", se dispuso a confesarle a Emma García, con cierta resignación en sus palabras.
Irene Rosales en 'Viva la vida'
La presentadora de 'Viva la vida' se trasladó junto a Rosales al plató de 'Sálvame', espacio en el que tuvo lugar la polémica entrevista. Ambas, tomando asiento en los sofás, se dispusieron a charlar sobre lo ocurrido. "Es mi marido, sé todo lo que pasa en su día a día y lo sufro con él", sentenció mientras se mostraba un tanto afectada.
"Le pasa lo mismo en un plató que en su casa. Él tiene mucho dentro y necesita que le escuchen, ni si quiera que le den una opinión", siguió relatando la andaluza. A continuación, cuando se comentó la huída de Kiko Rivera de las redes sociales por un tiempo, aseguró que tenía que ver con su agotamiento. "Me parece bien, pero de lo que te tienes de quitar es de ir a plató y hacer entrevistas. No te hace bien porque luego viene el bajón", recalcó.
No obstante, también contó lo que sintió al ver lo difícil de la situación que ocurrió en 'Viernes deluxe': "Puse la entrevista a las 23h15 y la vi una hora. En ese tiempo, le escribí y le pedí que estuviese tranquilo y sereno", confirmó. Con el paso de los minutos, Rosales comenzó a ponerse demasiado nerviosa, por lo que tomó la decisión de apagar la televisión.
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"Temas dolorosos"
Sabiendo lo que podía venirse encima, Irene era perfectamente conocedora de todo lo que terminó ocurriendo después: "De la mínima palabrita se puede montar un pollo", sentenció. Haciendo balance de los duros momentos vividos entre el plató y los pasillos de Telecinco, aseguró que no se podía creer lo que vio en pantalla, por eso, se preguntó: "¿Por qué no habéis puesto el freno y dicho hasta aquí?".