'Supervivientes 2022' celebró la quinta gala semanal de la edición el jueves 19 de mayo, en Telecinco, con Jorge Javier Vázquez al frente. En ella, Alejandro Nieto, Ignacio de Borbón, Kiko Matamoros y Juan Muñoz se jugaban su permanencia con el resto de sus compañeros, en un enfrentamiento que terminó perdiendo el cuarto de ellos, que quedó eliminado y, en consecuencia, tuvo que poner rumbo al palafito para reunirse con Ainhoa Cantalapiedra, con quien se jugará una expulsión definitiva que se dará a conocer en la cita de 'Supervivientes: Conexión Honduras' del domingo 22 de mayo.
Juan Muñoz se despide de sus compañeros de 'Supervivientes 2022'
Al contrario de lo que ha ocurrido en otras citas, el reality no se hizo esperar a la hora de anunciar cuál de los cuatro nominados tendría que separarse de sus compañeros: ya en los primeros minutos de la gala, Nieto se convirtió en el primer salvado de la noche, para gran alegría del gaditano, que se enfrentaba a su segunda nominación consecutiva.
Poco después, llegó el turno de Matamoros, quien también se libró de la eliminación, lo que dejó un "enfrentamiento final" entre Borbón y Muñoz, que se resolvió al momento. "Los espectadores han decidido que el concursante salvado sea Ignacio", comunicaba Vázquez, confirmando así que el humorista era el cuarto parásito del programa, siguiendo los pasos de Rubén Sánchez Montesinos, Charo Vega y Ainhoa Cantalapiedra, con la que tendría ocasión de reunirse a los pies de Playa Paraíso.
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"Estoy contento de haber participado"
"Estoy bien físicamente, he pasado muchas adversidades, por culpa de la pierna, la gota, el golpe en las costillas... pero bueno, estoy contento de haber participado", confesaba barcelonés, sonriente a pesar de la decisión de la audiencia, momento en el que reconoció que "hemos tenido nuestros momentos buenos, malos", lo que no empañaba su experiencia. Una experiencia en la que, de hecho, Muñoz ha estado nominado por su grupo desde el principio, sumando cuatro nominaciones seguidas. Asimismo, su rápida expulsión se dio en una gala en la que los grupos que se habían creado desde el principio se disolvían para dar paso a dos nuevos, formados por el azar, que se instalarían en dos nuevas localizaciones: los Royales se trasladarían a Cayo Paloma, mientras que los Fatales acabarían en Cabeza de León, separados por la distancia.