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'Supervivientes 2022' alcanzó su décima gala con Jorge Javier Vázquez al frente el jueves 23 de junio, en una cita en la que los concursantes se despidieron de Mariana Rodríguez cuando esta quedó eliminada frente a Ignacio de Borbón y Nacho Palau. Sin embargo, el respiro para ambos concursantes no duró demasiado, puesto que los dos volvieron a quedar en manos del público en las nominaciones, junto a Yulen Pereira y Kiko Matamoros.
Tras la marcha de Rodríguez, el resto de sus compañeros se enfrentaron a un nuevo reto de líder para obtener el preciado puesto, cada vez más cerca de la final. En esta ocasión, el programa prescindió de las habituales pruebas físicas, para poner a los concursantes ante el desafío de aguantar el hambre: cada uno recibió un plato de fabada de 2 kilos, de los que podían comer lo suficiente para quedarse con 1125 gramos, es decir, solo podían comer 75 gramos.Los concursantes de 'Supervivientes 2022' tras las nominaciones de la gala 10
Mientras que concursantes como Borbón o Matamoros optaron por comer todo lo que pudieron, el resto lucharon por un puesto que se llevó finalmente Alejandro Nieto, que repetía como líder por segunda vez. Ya en las nominaciones, el gaditano tuvo que hacer más trabajo de lo habitual, puesto que no solo tuvo que nominar a un compañero directamente, sino que también tuvo que desempatar entre Borbón, Matamoros, Palau y Ana Luque, que habían recibido un punto cada uno, lo que dejaba tan solo a Anabel Pantoja sin ser nominada.
Ana Luque se libra por los pelos
Nieto optó por librar a Luque de la nominación, consiguiendo que la concursante sumara una semana más siendo la única que aún no ha sido nominada. Además, el líder eligió a Borbón y Matamoros como nominados de grupo, junto a Pereira, quien había sido el primero al recibir dos puntos del colaborador de 'Sálvame' y de Palau, los cuales no habían dado una razón de peso para subir al deportista a la palestra. A ellos se sumó el valenciano como nominado directo de Nieto, quien tuvo muy presente el egoísmo de Palau a la hora de ponerlo en manos de los espectadores. Sobre todo después de que descubrieran que, en una comida común que debían disfrutar por turnos, el valenciano se había excedido, perjudicando así a los compañeros que llegaron detrás.