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'First Dates' citó en su restaurante a una pareja que no tenía nada que ver para que, quién sabe, pudieran encontrar puntos en común a través del humor del que hizo gala Fidel, el primero en encontrarse con Carlos Sobera. El soltero acudió al programa disfrazado de gato, encarnando a "Mendigo Gatito", un personaje de invención propia: "Si disfrazamos de mendigos a los gatitos, les querrán dar de comer y acariciar". El invitado llegó al programa caracterizado y con una guitarra rosa con la que estaba dispuesto a conquistar a Judith, la cita que le eligieron desde el formato.
Por su parte, Judith explicó que acudía al dating show de Cuatro para cumplir una promesa que le hizo a su difunto padre. De 40 años ambos, esto fue lo único que tendrían en común, pues nada más ver a su cita, Judith quedó espantada. "¿Hola? ¿Qué tal? Vaya...", confesaba a solas al programa nada más verlo. Ella pidió un vino blanco, lo que a Fidel le sirvió para romper el hielo: "Vino blanco. ¿Eres de las que te gusta comer pescado? Entonces nos llevamos bien... Miau". Pese a sus iniciales intentos por generar situaciones cómicas, lo cierto es que Mendigo Gatito no tuvo el éxito que él mismo esperaba.Judith y Fidel en 'First Dates'
"Miau me dice. ¿Qué voy a decirle? Vale. No tengo nada más que decir ante eso", explicaba ella al equipo del programa. Sin embargo, Judith decidió ser sincera con su cita y revelarle que para ella estaba siendo una situación sorprendente e incómoda. "¿Te preocupa? Bien. Es que quiero que veas lo más aberrante de mí, y si lo toleras, lo procesas y tienes curiosidad de más, entonces puedes ver lo que hay detrás", respondía Fidel. Ni siquiera le sacó una sonrisa tocando la canción de "La Macarena" y, ya antes de sentarse a cenar, el hombre se dio cuenta de que no compartían el mismo humor.
"Me dan ganas de levantarme e irme"
"Soy supervergonzosa, para mí esta situación está siendo supercomplicada. Me dan ganas de levantarme e irme" le confesaba Judith a su cita, excusándose por no querer decirle su apellido. La pareja se dio cuenta de que no tenían un humor parecido y después de que Fidel le dijera que se dedica a cantar en la calle, que no tiene sueldo fijo y que se encuentra con depresión por la situación que le estaba relatando, la invitada quiso terminar cuanto antes con la cena.
"Si nos conociéramos un poquito más quedaríamos, pero no en el concepto de pareja", insistía él para quedarse con algo positivo del encuentro. "No. Qué va, qué va, qué va", sentenció Judith, poniendo así punto y final a la cena que acabó pagando ella por completo.