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Se viven momentos de gran tensión en Argentina por la disputa del clásico que enfrenta a Boca Juniors y River Plate. Los dos grandes equipos de la ciudad de Buenos Aires deben enfrentarse en la final de la Copa Libertadores, pero los enfrentamientos violentos entre las dos hinchadas han hecho que el partido sea pospuesto indefinidamente. Para cubrir el encuentro, se desplazó el corresponsal de 'Noticias Cuatro' Ángel Sastre, que quiso conocer en qué estado se encontraban los aficionados.
El corresponsal Ángel Sastre en la conexión con 'Noticias Cuatro'
Tras esos primeros segundos, el corresponsal volvía a mirar a cámara para continuar su relato: "Se están barajando fechas en diciembre... y bueno, ya sabéis cómo es esto, cómo es el fútbol argentino... lo poco que queda de la afición de Buenos Aires... y vamos a esperar, ¿no?", aunque el reportero no pudo terminar su discurso por verse incapaz de continuar, como él mismo reconoció: "La verdad, me encantaría poderos explicar lo que está pasando aquí, pero no puedo hacer".
El desconcierto de Roberto Arce
Así, la conexión finalizaba abruptamente poco después de que Sastre cediese la palabra a los cánticos de los pocos aficionados que tenía detrás de él. La imagen regresaba a un plató en el que Roberto Arce daba disimuladas señales a los técnicos para cortar la conexión y trataba de reconducir la situación de nuevo hacia la noticia.
Las imágenes no han pasado inadvertidas en las redes sociales, que han destacado el momento vivido en televisión. Sin embargo, también ha habido quien ha destacado la valía como periodista de Ángel Sastre, periodista especializado en zonas de conflicto que llegó a pasar meses secuestrado en Siria.
RECTIFICACIÓN
Como han hecho saber a este medio, Ángel Sastre no se encontraba en estado de embriaguez o borracho durante su conexión con el espacio informativo. 'Noticias Cuatro' ha manifestado que "aunque entendían que se encontraba en condiciones para realizar dicha conexión", es posible que la misma se viera afectada por los efectos secundarios de una medicación que le había sido recetada diez días antes, debido a problemas de ansiedad por los que tuvo que estar ingresado durante diez horas en el Hospital Gregorio Marañón y que arrastra desde su secuestro hacer dos años por el autodenominado Estado Islámico.