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Amazon Prime Video tiene entre sus próximas apuestas del catálogo de ficción la serie 'Los Farad', donde Susana Abaitua y Miguel Herrán ejercen como protagonistas. La pareja da vida a Sara y Óscar, dos jóvenes que se enamoran al mismo tiempo que caen en una espiral de ambición por la familia de ella. Sara pertenece a la estirpe de los Farad, que en la Marbella de los años 80 se dedica al tráfico de armas.
Para hablar con ellos y conocer cómo estaba transcurriendo el rodaje, nos desplazamos a la localización que simula la Marbella de aquellos años, muy diferente a la zona lujosa que conocemos hoy en día. Los intérpretes nos cuentan, entre otros aspectos, cuáles han sido sus retos a la hora de enfrentarse a este papel y en dónde se encuentra la frontera de la moralidad en unos personajes que no tienen problema en traspasarla.Susana Abaitua, Miguel Herrán y Pedro Casablanc en el rodaje de 'Los Farad' con Mariano Barroso
Susana, ¿cuál ha sido tu mayor reto con este personaje?
Susana Abaitua: Al principio, una de las cosas que más me costó, que me volví loca, fue todo el tema de la Guerra Fría. Mi personaje tiene que entender perfectamente de qué está hablando, a quién le vende armas, a quién no, con quién está, con quién no. Yo recuerdo cuando leí el guion decir: "¿Pero de qué estoy hablando?". No sabía nada. Mariano y Polo me dieron un libro que explica muy bien la Guerra Fría y lo estuve leyendo. Era más entender los años 80, qué conflictos había, con qué bando estaban nuestros personajes, a quién vendíamos armas, la CIA, la Unión Soviética... Nos vamos a todos lados, venden a muchas guerrillas, guerrillas anticomunistas, hay un montón de conflictos bélicos que hay durante la guerra y quizá ha sido eso, que me siento muy inútil cuando hablo de algo y no sé exactamente de qué estoy hablando. Me lo podría aprender simplemente. Al personaje de Miguel (Herrán) se lo tenía yo que explicar, entonces era muy guay que yo se lo tenía que explicar, pero yo tenía que saber de qué estaba hablando. Era de lo más difícil, pero de lo que más me gusta. Es de lo más bonito, es como si de repente tiene que hacer los años 20, o cuando hice 'Isabel' o 'Patria'. Saber todo lo que estaba pasando en el contexto político me parece superinteresante cuando haces un trabajo de este tipo, pero en este caso tenía que saber mucho.
¿Cuál es la línea de moralidad de vuestros personajes?
Miguel Herrán: La moralidad se ve trastocada, al menos en mi personaje, en el momento en el que entra en la familia Farad porque hace cosas que él nunca haría. Mi personaje dejó muy atrás la violencia, es un tío bastante pacífico, pero cuando conoce a Sara lo hace por una reyerta. Mi personaje se ve removido hacia su pasado y hay un punto en el que la moralidad la entiende desde otro punto de vista, donde igual un cadáver ya no es tan importante dependiendo de las circunstancias, cosa que un Óscar que no hubiera conocido a los Farad jamás se plantearía. Es una moralidad diferente, es una moralidad que evidentemente yo como Miguel no comparto, no creo que haya que matar a personas para escalar en los negocios, bueno, no creo que haya que matar a personas para absolutamente nada. Ahí te das cuenta de que ciertas familias y ciertos entornos y circunstancias hacen que veas el mundo y la sociedad de maneras tremendamente diferentes y, por ende, de la justicia.
S. A.: Lo mismo, pero distinto. Una cosa es lo que Susana juzgue, que por supuesto estoy completamente alejada de esta familia. La diferencia entre Sara y Óscar es que Óscar tiene ese arco, viene de otro lado, y Sara ha crecido con las armas, sabe perfectamente lo que es un arma. Es una familia abierta y blanca entre ellos. Sí que va a haber cosas respecto a la familia, los valores y la herencia, ahí va a estar más su moralidad, pero no tanto si tiene que hacer algo por la familia, que lo va a hacer. Ha crecido ahí y al final es lo divertido de este cuento que estamos contando, contar sobre esta gente con estos valores tan trastocados de la realidad o que nosotros podemos pensar.
Lo divertido de este cuento que estamos contando es esta gente con estos valores tan trastocados de la realidad
¿Cómo os sentisteis durante el proceso de casting? ¿Hubo mucho ensayo y error hasta llegar a esta pareja?
M. H.: No recuerdo mucho proceso de casting, en ese aspecto con los años me he relajado mucho. En los castings, como no tengo un personaje que construir ni información, lo único que hago es preparar un texto a la perfección y con ese arma preparada voy y me dejo guiar o dejo que surja, voy viendo. No fue para nada duro, sí es cierto que tuve prueba de compatibilidad con otra actriz, que es Begoña Vargas, que en este caso no lo hizo. Creo que hubo varios actores diferentes para varios personajes que iban a ser y luego no, no sé qué motivos, pero sí recuerdo una prueba muy guay con Susana. Los castings hace mucho que dejé de sufrirlos. Solo voy a disfrutarlos y a experimentar y si me cogen guay y si no, pues por algo será.
S. A.: En mi caso fue muy gracioso porque me llamaron y yo estaba rodando una película con Alauda (Ruiz de Azúa) y tenía el pelo rosa, pero rosa fucsia, nada que ver con este personaje, pues primero me dijeron que tenía que ser una tía morena. Yo hice mi casting y pedí que avisaran a Mariano Barroso que tenía el pelo rosa porque estaba en mitad del rodaje. Hice la primera prueba así y fue genial, pero me dijeron que querían hacerme una segunda prueba ya con Miguel y con peluca porque la tenía que ver Prime Video y la decisión también la tenía que tomar Prime. Y así fue, pero muy relajado. También es ahora distinto, no es como cuando arrancábamos, como decía Miguel, cuando tenías 14 o 15 años, que ahora si me llaman directoras y directores de casting nos conocemos. Tengo 32 años y llevo currando desde los 15. Me tomo un café, me fumo un piti, me cuentan... Y sabes que o bien no te hacen casting o cuando te hacen casting es muy cerradito, pues saben ya qué buscan, qué quieren... Y a Miguel eso le pasa, entonces vas tranquila.
Miguel Herrán y Susana Abaitua en el rodaje de 'Los Farad'
¿Qué papel van a tener las mujeres en 'Los Farad', qué tipos de mujeres son?
S. A.: Esta es una de las cosas sobre las que trata 'Los Farad' o que al menos, bajo mi punto de vista, una de las cosas que me motivó del personaje y que Mariano quería hacer mucho hincapié: esa mujer en los años 80 en un mundo de tráfico de armas, donde las mujeres no se sientan en la misma mesa a hablar que los hombres. Sara Farad debería heredar el negocio de su padre, porque es la más apta y la más inteligente, tiene la cabeza fría y sabe qué decisiones tomar. Sabría perfectamente gestionar este negocio, pero no puede porque es mujer, entonces lo debería heredar mi hermano, pero mi hermano es un show. Entonces hay que buscar marido para Sara Farad, porque así Sara Farad a lo mejor puede heredar este negocio. Luego se junta, lo que para mí es un punto interesante, esa historia de amor y ambición. De repente se acaban juntando dos personas mucho más ambiciosas, que ya no es solo una historia de amor, sino de ambición y de equipo. Yo pienso: "ay, pobre. Le voy a sacar y a ayudar y va a flipar". Y al final, cada capítulo me sorprende. Al final puedo formar un equipo en serio con él. Lo que mola es que nunca sabes qué va a pasar ni hasta dónde está el límite moral de este personaje.
Tu personaje, aunque es una mujer de los 80, es una mujer ambiciosa.
S. A.: Muchísimo, ella lo dice, que quiere ser la mejor traficante de armas de Europa, la primera mujer traficante de armas del mundo.
Se acaban juntando dos personas mucho más ambiciosas, por que ya no es solo una historia de amor, sino de ambición y de equipo
Por tanto, ¿en el inicio vuestra relación se mueve por el interés que por el amor?
S. A.: Se mezclan las dos todo el rato. Sí que hay una atracción directa.
M. H.: Hay una mezcla de intereses y al final estos personajes se gustan.
S. A.: Hay un atractivo al principio físico.
M. H.: Esto es como lo que nos ha podido pasar a todos con alguna pareja. Me gusta todo de esta persona, pero encima sus intereses y los míos, si estamos juntos, podemos llegar muy lejos porque nos compenetramos. Las carencias que yo tengo, ella me las suple y las que ella tiene, yo se las suplo. Además, hace que te guste más a nivel sentimental porque no es contrario que tener un interés común haga que haya amor. Son dos cosas que se complementan.
¿Cómo ha sido el entrenamiento para hacer de monitor?
M. H.: Muy diferente. Hice clases de baile, ensayé mucho la coreo y me cogí una sala en Madrid a la que iba todos los días un par de horitas. Fue difícil porque dieron por hecho que como soy una persona de gimnasio y estaba acostumbrado a entrenar, me sería fácil bailar, pero no tiene nada que ver.