La primera ficción española de Netflix llega a su fin. La plataforma de streaming internacional y Bambú Producciones estrenaron el viernes 14 de febrero la primera parte de la quinta y última temporada de 'Las chicas del cable'. La exitosa ficción creada por Gema R. Neira y Ramón Campos, que cuenta con Teresa Fernández-Valdés en la producción ejecutiva, se despide definitivamente y lo hace con diez episodios de infarto en los que se cerrará la historia feminista más potente de la plataforma. ¿Logrará Lidia salvar a Sofía, la hija de Ángeles? ¿Sobrevivirá Óscar a la represión de la época? ¿Cómo vivirán la Guerra Civil que asoló a nuestro país las protagonistas de la historia?
Teresa Fernández-Valdés, Ana Fernández, Blanca Suárez y Nadia de Santiago
FormulaTV ha podido charlar con Teresa Fernández-Valdés, una de las fundadoras de Bambú Producciones y productora ejecutiva de esta ficción, para analizar la última temporada de la que en su día fue la primera serie española de Netflix. La showrunner nos cuenta cómo afrontaron el cambio de trabajar con cadenas generalistas en abierto a hacerlo con una plataforma de streaming norteamericana; además, nos cuenta detalles de los diez últimos episodios de 'Las chicas del cable' y da unas pinceladas de 'Jaguar', la nueva serie de la productora con Blanca Suárez al frente.
¿Cómo afrontas esta temporada final de la serie?
En la productora, esta serie nos ha marcado muchísimo. Estamos felices de haber llegado hasta aquí, pero también nos da mucha pena que se termine. Creo que es una decisión acertada ponerle broche final a una serie que nos ha dado tantísimo. Es una gran marca y que siempre estará en la historia de Netflix. Siempre va a estar presente, porque la plataforma permite verla tantas veces como quieras o a que público nuevo que llegue la descubra en ese momento. Creo que es una serie que envejecerá bien, que no está completamente conectada a un tiempo determinado, sino que nos valemos del pasado para hablar de temas del presente. Creo que esto durará mucho tiempo, así que sentimos que es una despedida más desde el punto de vista de producción, pero no de consumo. Estoy segura de que seguiremos hablando de 'Las chicas del cable' durante mucho tiempo.
La serie sigue funcionando muy bien. ¿Ha costado tomar la decisión de cerrarla ahora?
Sí, pero no hubo duda. Una vez que se convino no hubo la tentación que hay veces de decir "¡ay, no la vamos a matar!". Lo teníamos claro y las chicas lo tenían claro. Sabían que íbamos a contar una historia. En principio, habíamos hablado de hacer cuatro temporadas, pero dijimos "oye, sentimos a los personajes vivos y queremos contar algo más". Ellas fueron las primeras que dijeron "bueno, yo escucho, cuéntame que está en tu cabeza y si efectivamente tiene sentido y no es estirar el chicle, vamos allá". Cuando se hizo esta presentación, de dar un giro y convertirlas a ellas en más maduras, ya no tan dudosas, sino que ya lo tenían claro: llegan a una España devastada y todo por lo que han luchado ha saltado por los aires, entonces esto es una lucha diaria. Tú no puedes bajar la guardia, porque ya sea hombre o mujer, habrá alguien más fuerte dispuesto a acabar contigo, entonces tienes que estar en guardia y fuerte. Y también de conectarlo de nuevo con la actualidad y decir "ahora entiendo por qué sigo luchando por esto". Creo que es una temporada en la que puedes descubrir el por qué de muchas cosas. Una temporada que tiene un valor de producción añadido, porque nos hemos atrevido a hacer más exteriores, a meter más acción y a alejarnos un poquito más de la compañía sin perderla de vista.
Habéis tenido muy en cuenta la opinión de las actrices, ¿cómo ha sido ese proceso de que ellas pudieran hacer crecer a sus personajes?
En realidad, lo primero que hicimos fue pasar este primer filtro de proponerles que continuase la serie. Cuando ellas preguntaron qué teníamos en mente, les dijimos qué les parecería que fuésemos a una Guerra Civil y que llevásemos a los personajes a un límite extremo de emociones y que ya el personaje se abra y descubramos su esencia. En las situaciones límites siempre vas a ver la cara buena o mala de cada uno. Eso les parecía atractivo. El hecho de la Guerra Civil también, porque es un tema tabú y hacerlo insinuadamente y de una manera elegante también les parecía atractivo.
Protagonistas de 'Las chicas del cable'
Después hicimos una puesta en común con Ramón Campos y Gema Rodríguez Neira, los creadores de la serie, y María José Ruztarazo, la coordinadora de guion. Hicimos después una reunión con las chicas y les propusimos qué les pasaría a cada una. Entonces sin haberlo escrito lo suficiente para que si alguna dijese "me quedo con la pena de contar esto", poder haberlo cambiado. Pero les encantó. Cuando ellas mismas hacían suyo su discurso, ya te daban pistas con lo que habían conectado, qué es lo que les motivaba. Entonces eso es lo que potenciábamos. Y luego estaba el final, que siempre con las series es un drama: ¿dónde acabar esta historia? ¿Por qué se acaba aquí? Esto también lo queríamos pactar con ellas, porque si después de cuatro años llegas a un lugar en el que tú misma te sientas decepcionada... Entonces había un compromiso con el público de que estas heroínas iban a serlo hasta el final y hasta sus últimas consecuencias y, en un momento dado, planteamos dos posibilidades. Una era un poco más conservadora y la otra más valiente. Netflix nos preguntó que cuál preferíamos nosotros y dijimos que siendo 'Las chicas del cable' queríamos la valiente. Creo que todas ellas se han quedado con muy buen sabor de boca y yo también. Creo que tenemos el final que se merece la serie.
¿Es un final 100% cerrado?
Que se tratase de la temporada final, ¿os ha permitido arriesgar mucho más?
Claro, hay muchos villanos que se merecían morir. No lo dejamos a medias tintas. Cada final de cada capítulo te deja como "¡guau!". La parte uno de la temporada es muy potente, pero la parte dos es mucho más.
En las temporadas anteriores lo que pasaba en España estaba de fondo pero estaba más diluido, pero ahora nos metemos de pleno. Lo que queremos es dejar claro en esta temporada no es si un coronel es republicano o su nombre exacto, sino de entender que España estaba dividida, que se trataba de una situación que les llevaba hasta matarse por una cuestión ideológica. Ya me da igual cómo se llame cada uno, si lo que es brutal es que el conflicto por ideales llegue hasta este sitio. Entonces el discurso se elevaba y borrábamos muchas referencias en montaje, porque nosotros conocemos nuestra historia, pero el americano o el chileno no va a conocer la intimidad de España. Lo importante es que conociera lo que ocurrió y qué consecuencias tuvo esa guerra aquí.
Todo eso se inicia por la vuelta a España del personaje de Denisse Peña, Sofía.
Dennise Peña en 'Las chicas del cable'
El personaje de Óscar en esta temporada va a tener que volver a vestirse y actuar como una mujer, ¿cómo se ha planteado esa trama?
Yo creo que es maravillosa y es una de las cosas de las que me siento más orgullosa, porque creo que hemos hablado muchas veces de la transexualidad de un personaje, de lo que es y lo que quiere ser por estar hasta el momento en un lugar equivocado. Pero nunca habíamos contado lo frustrante que es para una persona que ya ha conseguido esa libertad y expresarse como esa persona es, tener que volver atrás. Es terrible que tú hayas hecho todo el viaje con el personaje de Sara y la conversión a Óscar y tú ya lo quieres como Óscar. Y ahora unos tipos repugnantes le dicen que es un engendro de la naturaleza y que haga el favor de comportarse y vestirse como Dios manda que es como mujer. Y ver a Óscar tener que enfrentarse a un espejo como mujer, dices "¡qué dolor y qué horrible vivir así!". Creo que la comunidad homosexual y transexual ha estado siempre muy conectada con chicas y yo creo que va a volver a ver aquí un discurso que de nuevo reconoce situaciones que siguen pasando.
Como productora, ¿cómo ha sido el cambio de paradigma de trabajar con cadenas generalistas a hacerlo con Netflix?
Con Netflix hubo que hacer un ajuste para conocernos: para conocer cómo trabaja la industria americana y la española, y cómo podemos enriquecernos ambos. Ellos venían con una mentalidad de comunicación, de llamadas diarias, de reportes diarios, de seguimiento... Nosotros al principio lo sentíamos un poco agresivo porque la relación con las cadenas en España es otra. Podías pensar que era falta de confianza, que no se creyeran que estuviésemos trabajando en el proyecto, no sabíamos cómo leerlo. Entonces cuando ya la presión se convirtió en algo grande, se lo hicimos saber y nos dijeron "¿por qué no lo habéis dicho antes?" y que podíamos adaptar la situación. También su equipo estaba en Los Ángeles y eso son nueve horas de diferencia. Eso condicionaba también mucho. Ha habido un aprendizaje.
¿Cómo vivíais ese silencio en torno a las audiencias?
Horrible (risas). Ahora porque empiezan a publicar los top ten, sino tampoco. Ellos nos decían "va bien, no os preocupéis". Aquí en un fin de semana la gente preguntaba cuándo llegaría una segunda temporada y yo decía "pero señores si no está escrita". Ha habido un cambio de ritmo brutal, porque esa sensación de estar llamando... Por ejemplo, no podíamos arriesgar en la iluminación porque el poder verte la serie en un móvil significa que necesito tener suficiente luz y primeros planos porque es un elemento clave. Hemos aprendido mucho. O planteábamos conflictos y decíamos "es que esto en España se ha contado miles de veces", pero claro ellos nos decían que pensásemos en la situación de Latinoamérica, donde la mujer está naciendo por primera vez. Entonces no pensemos que este discurso se nos queda antiguo, porque sí va a conectar con otros países o culturas.
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No podemos contar nada, pero confirmo que efectivamente está Blanca Suárez, que ya se ha anunciado. Es una serie de nuevo muy ambiciosa sobre una cazadora de nazis. Vamos a jugar con una historia real. Nos hemos documentado mucho y hay una historia real, muy atractiva y muy interesante, aunque obviamente se ha ficcionado, no estamos hablando de un personaje real. Trata sobre algo que no deja de asombrarnos y de ponernos los pelos de punta que fue todo lo que se sufrió con lo que fue el nazismo y como se trató a los judíos entonces y que fue lo que pasó con toda esa gente. No va a tener un punto romántico, porque tiene un lenguaje distinto y es un género diferente. Tiene a una mujer muy valiente, pero es más una historia de venganza, aunque el mensaje no es ese. Es otro discurso y otro género, aunque el amor está en todas partes. Es una capa que llega mucho más tarde.