'The Boys' cierra su tercera temporada con un final tan espectacular como predecible

El séptimo episodio de 'The Boys' nos dejó con la boca abierta con uno de esos cliffhangers que podrían servir para cerrar temporada en cualquier otra serie: Patriota es hijo de Soldier Boy. El capítulo final de la tercera temporada ("El salvaje instante al rojo blanco") de la serie de Prime Video, sin embargo, ha apostado bien poco por tratar de innovar o siquiera utilizar ese dato, para en su lugar ofrecernos un metraje tan bonito y visual como cualquier película de Marvel, pero todavía más predecible aún que éstas.

En realidad, la serie ha seguido básicamente un esquema paralelo al de su segunda temporada, con un Patriota cada vez más malo hasta que aparece un nuevo villano (Stormfront en la segunda -nazi-, Soldier Boy en la tercera -casi nazi-) con el que acaba conectando. Finalmente, tras unas espectaculares escenas de lucha plagadas de CGI del caro -que se note que Bezos tiene tanto dinero o más que Disney- la serie acaba en el mismo punto: con el villano conectado a un ventilador y dentro de una caja, con Patriota saliéndose más o menos con la suya, y con el grupo de The Boys volviendo casi al punto de partida de nuevo a su caza. Si hasta el uso del hijo de Patriota en el último capítulo tiene demasiados paralelismos con lo que vimos en el final de la segunda temporada.

En cierto modo, la serie empieza a recordar a cómo en 'Mujeres desesperadas' nos presentaban todas las temporadas a unos nuevos vecinos con un oscuro misterio que sabíamos que iba a resolverse en el último episodio y hacer desaparecer a los protagonistas del arco en cuestión. Al menos en la serie de Marc Cherry todos los demás personajes tenían sus tramas y se desarrollaban.

Personajes desaprovechados

Mientras, en 'The Boys' siguen sin saber muy bien qué hacer con su increíble plétora de brillantes secundarios. A Maeve la han tenido encerrada media temporada para darle su minutito de gloria en este último capítulo para, mucho nos tememos, volver a caer en el olvido a partir de ahora. Las tramas de Profundo, al contrario que su nombre, son totalmente simples y planas y el personaje lleva ya más de una decena de capítulos andando como pollo sin cabeza en la serie (lo más interesante que ha hecho en todo este tiempo es mantener sexo con un pulpo). A-Tren sigue sin saber muy bien cuál es su propósito en la vida. Y nosotros tampoco.

Eso sin contar con la relación entre Hughie y Starlight, pareja con menos interés y química que unos octogenarios jubilados. Una pena para Starlight, que había comenzado a despuntar capítulos atrás y ha acabado convertida en una recadera entre Vought y The Boys. Ni siquiera la cuenta atrás de Carnicero que se nos desvela en el capítulo consigue levantar un poco la empatía por el personaje. Sólo Frenchie y Kimiko han sabido erigirse como el contrapunto interesante a la caza por Patriota con alguna de las escenas más divertidas, tiernas y a la vez emocionantes de la serie (La lucha de ambos contra Vaught al ritmo de "Maniac" es todo un puntazo en este capítulo).

Todo esto no quiere decir, no obstante, que 'The Boys' no haya tenido momentos interesantes a lo largo de esta temporada 3. Y no, no nos referimos a la inefable orgía. Al final, los guionistas han acabado por convertir a Patriota en un Donald Trump con superpoderes. Y tal vez sean esos momentos de sátira política los que mejor funcionan en el engranaje actual de centrar toda la serie sobre Homelander. Mucho ha quedado sin explotar, sin embargo, el contraste temporal de cómo ha cambiado la sociedad desde los tiempos de Soldier Boy. Lo que podría haber dado para muchísimos gags ha acabado por servir para hacer product placement a una bebida carbonatada.

El momento final de esta temporada precisamente lleva a la práctica esa famosa frase de Trump de "Podría disparar a alguien y no perdería ningún votante" al estilo Homelander. Y es casi una de las mejores escenas de toda esta temporada. Las caras Juan, grábales las caras.

¿Ha saltado 'The Boys' el tiburón?

Llegados a este punto, cabe preguntarse si la serie ha "saltado el tiburón". Normalmente suele decirse cuando los personajes ya no dan más de sí, que no creo que sea este el caso. Más bien no están aprovechados, y esto todavía tiene solución.

No obstante, este final de temporada parece ya desplegarnos el arco de la cuarta con Victoria Neuman como mala malísima y aliada de Patriota que acabará malamente en el final de la cuarta temporada. Espero equivocarme.

Seguramente lo que 'The Boys' necesite sea darle unos días más de vacaciones a Patriota por Alicante y buscar tramas interesantes para el resto de los superhéroes que siguen vivos. Las plataformas de streaming han demostrado una capacidad bastante limitada para alargar con éxito sus series más allá de la segunda temporada. 'Stranger Things' ha demostrado que sí se puede. Es hora que 'The Boys' lo intente.