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En el anterior capítulo de 'The Walking Dead' nos tocó acompañar a Daryl y a Carol en una expedición que nos desveló detalles del pasado de nuestro arquero favorito. Al mismo tiempo, la amistad de ambos atravesaba un gran bache por culpa de los errores que todavía no han sido olvidados ni perdonados. Esta semana, la ficción de AMC continúa indagando en los sentimientos y los miedos de sus protagonistas, poniendo el foco de atención en el padre Gabriel y en Aaron. De este modo, la serie llega al ecuador de sus seis episodios adicionales de la décima temporada con un capítulo marcado por una trama con un ritmo lento y sin muchas sorpresas.
En concreto, en este capítulo, el diecinueve de la décima temporada de 'The Walking Dead', titulado "One More" ("Uno más"), que podemos ver en VOSE la madrugada del domingo al lunes y doblada al castellano cada lunes por la noche a las 22:00 horas en FOX España, el padre Gabriel y Aaron salen en busca de comida y suministros para llevarlos de vuelta a Alejandría. Durante el camino se encuentran con pequeñas tragedias que conducen a otra más grandes, problemas que les pondrán a prueba y que harán que la fe se rompa y el optimismo comience a desaparecer.La cara y la cruz
Aaron y Gabriel en el 10x19 de 'The Walking Dead'
Desde que le conocimos, Aaron siempre ha sido de los primeros en lanzarse a la aventura de salir de los límites de Alejandría. Buscar alimentos o encontrar a otros supervivientes es una de sus habilidades, pero desde los últimos acontecimientos y desde la llegada de su hija adoptiva Gracie, sus prioridades han cambiado. Así pues, aunque sigue encabezando expediciones, prefiere no arriesgar tanto su vida. Por el contrario, el padre Gabriel, su compañero en esta nueva excursión, quiere llegar hasta el último punto del mapa para no dejar ni un rincón sin investigar. Aquí comienza el primer problema, la falta de acuerdo entre dos formas de pensar muy diferentes. Ante la incapacidad para llegar a un pacto, finalmente Aaron se ve obligado a continuar adelante, incluso cuando pierden el mapa que les guiaba por culpa de un accidente provocado por el ataque de un caminante inesperado.
De este modo, los papeles parecen haberse intercambiado. Mientras Aaron era mucho más aventurero, el padre Gabriel era mucho más conservador y menos temerario. Ahora Gabriel no duda ni un segundo ni se asusta ante la cantidad de esqueletos y cuerpos sin vida que se van encontrando por el camino, aunque estos hallazgos sí parecen afectarle psicológicamente. De hecho, una vez consiguen encontrar una guarida y se dejan llevar por los efectos del alcohol, Gabriel explica que no cree que el mundo pueda volver a ser como antes y reconoce que ha perdido toda esperanza, afirmando que la gente mala no son la excepción a la regla, son la regla.
Hasta este punto del episodio lo único reseñable es el cambio de actitud que nos ha mostrado el padre Gabriel, mucho más negativo de lo habitual. No obstante, entre tanto drama también ha habido hueco para algo de comedia gracias a una divertida escena protagonizada por Aaron. En concreto, cuando estaba investigando uno de los cuartos de la nave se ha encontrado con un jabalí al que ha tenido que asesinar entre sus propios gritos de miedo. La risa incontrolable de Gabriel, que le ha dado una imagen de cierta locura, ha seguido con una cena donde las reflexiones han copado la mayor parte de la conversación hasta que el whisky ha hecho su efecto.
La aparición de Mays
Mays captura a Aaron en el 10x19 de 'The Walking Dead'
La falta de emoción e intriga ha sido la tónica predominante de una historia bastante plana que solo ha logrado despuntar ligeramente, más o menos, a la mitad del metraje, cuando nos han presentado a Mays. No obstante, la incorporación de este personaje tampoco ha aportado nada excesivamente emocionante más allá de suponer una amenaza para el padre Gabriel y Aaron. El hombre, propietario de la nave, había estado vigilándoles durante toda la noche, descubriendo sus secretos y esperando el momento indicado para aprisionar a Aaron y obligarles a jugar a la ruleta rusa como forma de castigo.
Hacernos creer que estaban sentenciados a muerte, bien por el propio juego de azar o bien porque Mays no dejaba de apuntarles con su arma, no ha tenido mucha veracidad y ha quedado en una vaga intención. Era fácil percatarse de que Gabriel tenía la situación controlada y con su don de palabra iba a saber manipular a Mays. Aunque quizá Aaron no lo tenía tan claro por su miedo a no volver a ver su hija, el principal temor que ahora guía su vida. Sea como fuere, finalmente Mays ha confiado en ellos y les ha creído cuando le han explicado que ellos han conseguido formar una familia y pueden ayudarle a retomar el camino y que solo buscan ayudar a los demás porque no todo el mundo es malo. Sin embargo, cuando todo parecía solucionado e iba a liberarlos, Gabriel ha actuado por cuenta propia asesinando a Mays.
La acción de Gabriel es totalmente justificable si tenemos en cuenta el pasado relatado por Mays, que no solo les ha amenazado y ha puesto sus vidas en peligro, también ha desvelado que se encargó de su hermano cuando este trató de robarle la comida dando a entender que acabó con él, por lo que llevarlo hasta Alexandria habría sido una temeridad. De hecho, al final del episodio encuentran al hermano de Mays escondido y atado al lado de los cadáveres de su mujer e hija. En esta ocasión Gabriel sí parecía dispuesto a auxiliar al hombre, pero este no ha sido capaz de aceptar la ayuda y se ha quitado la vida. De nuevo, poco queda de aquel padre Gabriel dispuesto a tender la mano a cualquiera, ahora su único objetivo es mantener con vida a su propia familia.
Cuando la cuestión de fe no es suficiente
El padre Gabriel en el 10x19 de 'The Walking Dead'
Salir en busca de suministros y víveres es algo que hemos visto en más de una ocasión y este tipo de expediciones siempre traen algún que otro susto en forma de ataque inesperado o de horda de caminantes. Sin embargo, en este episodio, los muertos vivientes no han sido el mayor problema y esas secuencias de acción de antaño no han aparecido por ningún lado. Hace tiempo que aprendimos que el propio ser humano es el mayor enemigo y que no hay nada más peligroso para la supervivencia que enfrentarse a otro ser humano, creencia que ha servido como base para construir este episodio carente de interés y de emoción.
Entendemos que es necesario conocer los aspectos que hacen que los personajes actúen de una forma u otra, pero la fe del padre Gabriel no es la primera vez que se pone a prueba. Cuando dejó de ser una persona cobarde y comenzó a asumir responsabilidades y un mayor liderazgo ya fuimos testigos de ese cambio, propiciado sobre todo por las experiencias que estaba viviendo. Volver sobre el mismo tema es darle vueltas a una historia personal que no es suficiente para sostener todo un episodio centrado únicamente en esta cuestión. Quizá la intención era reconducir la historia hacia ese matiz de esperanza y de reconstrucción de la sociedad que prima en el cómic original en el que se basa la serie, pero el resultado final nos deja un capítulo que parece creado para rellenar la temporada.