La noche del 28 de marzo, Telecinco emitió un segundo programa especial como marco de dos nuevos episodios de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'En ellos, Rocío Carrasco no solo habló de su entusiasmo ante su primer embarazo y su felicidad durante los primeros años de Rocío Flores, sino que también compartió su mala experiencia durante su segundo embarazo, a causa del supuesto trato vejatorio de Antonio David Flores y la relación paralela que mantenía con una joven llamada Sonsoles, a espaldas de su mujer.
Rocío Carrasco llora al recordar su sufrimiento por las infidelidades de Antonio David
"El segundo embarazo no fue como el primero. Sí buscamos ese niño", explicó Rocío quien, tras quedarse encinta, empezó a ver a su marido "con una chica que se llama Sonsoles", quienes mostraban "demasiados detalles que no eran los esperables con alguien que acabas de conocer". Por esa razón Carrasco había hablado con Flores, ante lo que él había respondido que "estaba loca, que el embarazo me estaba afectando a la cabeza", argumento que habría seguido repitiendo a lo largo de todo su embarazo. Las salidas nocturnas por entonces de Antonio David habrían sido muy frecuentes, incluso cuando ella decidía no hacerlo para que él la acompañara en casa "y su respuesta era: 'si no quieres, no vengas. Yo me voy'". Una noche, sin embargo, Rocío acabó descubriendo a Flores "comiéndose la boca con la tía detrás de la barra", tras lo cual "salgo corriendo del bar, llorando". "Me empieza a doler mucho la barriga y empiezo a tener pinchazos, como contracciones. Yo solo sabía decir: 'me quiero ir'", relató Rocío, a quien Antonio David habría increpado entonces tachándola de loca, antes de dejarla tirada y obligarla a irse a casa sola, de noche y andando. La madrileña, de hecho, acabó sufriendo un ataque de pánico "porque estaba embarazada de él y lo estaba utilizando para decirme que estaba loca, que lo que estaba viendo no era real".
"Yo no iba a llamar a nadie para decírselo. Él contaba con eso. En ese mismo instante, decido que me separo. No sabía cuándo o cómo, pero eso se había terminado", declaró Rocío, tajante, quien después apuntó a que, "si me llega a pillar sin estar embarazada, no entra por la puerta de mi casa". "No era que hubiera herido mi orgullo de mujer, era que estaba esperando un hijo suyo. Me estaba faltando el respeto como madre y eso era lo más importante que había en el mundo", explicó Rocío, antes de manifestar que "no entendía cómo una persona podía hacerle eso a otra". Las continuas increpaciones sobre su supuesta locura habrían llegado incluso al punto de que Carrasco "no me me creí nunca que estuviera loca, pero sí es cierto que me hizo dudar", algo a lo que tampoco ayudaba el hecho de que, después de ser descubierto, Antonio David habría seguido con sus flirteos incluso en la playa, durante el día. De hecho, según relató Rocío, "estando un día en el chiringuito, me dio una lipotimia", ante lo que "lo único que recuerdo es que a este ser lo único que se le ocurre es echarme agua congelada encima". "Me dio una indigestión, porque estaba ardiente por el sol. Me dio un pinchazo en la barriga", recordó Carrasco, a quien su exmarido habría vuelto a dejar tirada entonces, obligándola a volver a casa a pie, sola y en pleno verano, después de lo ocurrido.
"No temía por mi vida, sino por la de mi bebé"
Rocío, emocionada al ver fotos de su hijo David en 'Rocío, contar la verdad para seguir viva'
Las vejaciones de Antonio David habrían incluido, según Carrasco, que le reprochara que "vas a mal parir a mi hijo". Todo un cóctel que, sumado a la infidelidad, habría provocado que, durante su segundo embarazo, "me tiraba el día con ataques de ansiedad, llorando, cuando él se iba", hasta que, un día, duchándose "vi el agua correr con sangre". "Fui al ginecólogo. Me auscultó y me dijo que había expulsado el tapón mucoso, que de momento parecía que no hubiese peligro. Que tenía que guardar reposo y estuviese tranquila", rememoró Rocío, tras lo cual añadió que "no le podía contar que no podía estar tranquila, que no podía guardar el reposo que necesitaba. Sabía que algo no iba bien". "Me aterroricé porque pensaba que iba a perder el niño y porque, en el caso de que eso ocurriera, que fuera real que fuera a malparir a su hijo, eso siempre iba a ser culpa mía", confesó Rocío, quien entonces "no temía por mi vida, sino por la de mi bebé". Carrasco decidió entonces trasladarse a "mi habitación de soltera, sin tener ningún tipo de relación" con Antonio David, algo "muy difícil, porque en esa casa vivía más gente".
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La madrileña habló entonces del nacimiento de su segundo hijo, el cual "lo recuerdo con mucha felicidad porque mis peores miedos no se habían materializado. Y lo recuerdo con tristeza porque, dentro del hospital, a mi madre le dio el momento abuela, empezó a cantar y él le dio una voz y le dijo: 'no des más la nota'". El nacimiento, no obstante, se empañó con el posterior ingreso del pequeño en otro hospital, momento en el que Antonio David habría llegado a viajar a Málaga para alguna de sus aventurillas, mientras ella permanecía cerca de su hijo. "Era ternura, bondad y moría con su madre. No te podía ver triste", elogió Carrasco, emocionada, al hablar de su hijo menor. "En algún momento me llegué a sentir incluso culpable. Pero es cierto que, con el tiempo, entendí que no era así", confesó la madrileña, sobre el estado de su hijo. Carrasco relató entonces cómo su ahora exmarido, cuando manifestó sus intenciones de divorciarse, le habría gritado que "te vas cagar. No vas a saber de dónde te van a venir. Te vas a levantar de una y te llegará otra". "Es la única verdad que ha dicho en toda su vida: que me iba a cagar. Lo ha cumplido", lanzó Rocío.