En el anterior episodio de 'The Walking Dead' el grupo encabezado por Eugene pagó las consecuencias de sus actos y vimos cómo eran obligados a realizar tareas de limpieza de caminantes. En una de esas jornadas de trabajo, Eugene y Stephanie actuaron para salvar la vida de Sebastian Milton, el hijo de la gobernadora de la Commowealth. Sin embargo, el encuentro terminaba con un enfrentamiento entre ambos y con Eugene encarcelado tras golpear al joven. Mientras tanto, Negan ejercía de instructor para enseñar a Maggie y a Elijah a moverse entre los caminantes sin ser descubiertos, tal y como hacían los Susurradores. El ejercicio era un entrenamiento para poder llevar a cabo un gran plan para terminar con los Segadores, ataque que dio comienzo y que continúa en el nuevo episodio.
De este modo, en el octavo episodio de la undécima y última temporada de 'The Walking Dead', titulado "For Blood", que podemos ver en VOSE la madrugada del domingo al lunes y doblado al castellano cada lunes por la noche a las 22:00 horas en FOX España, los Segadores se ven obligados a movilizarse para proteger Meridian de una gran horda de caminantes que está dirigida por Maggie y su pequeño grupo. Sin embargo, aunque es un plan bien organizado, Pope sospecha quién se encuentra detrás de este repentino ataque. Por su parte, Daryl tienen que andar con cuidado para proteger a su gente al mismo tiempo que mantiene su tapadera. Ajenos a la que sucede en Meridian, los habitantes de Alexandria se enfrentan a su propia batalla cuando una violenta tormenta pone en peligro sus vidas.
El ataque a Meridian
Pope y Daryl en el 11x018 de 'The Walking Dead'
Teniendo en cuenta la organización de los Segadores no es de extrañar que se percaten rápidamente de la gran horda que se acerca a Meridian. Sin embargo, no todos ven que detrás de ese ataque hay algo más de lo que parece a simple vista. Daryl no tarda en comprender que sus amigos se encuentran detrás de esa llegada masiva de caminantes y de que están siguiendo la misma estrategia que los Susurradores. Pero por desgracia no ha sido el único en entender que algo raro pasa y Pope sospecha que Maggie es la responsable de todo lo que está sucediendo. Por todos estos motivos, Daryl insiste en que él puede encargarse de alejar la horda argumentando que ya lo ha hecho en otras ocasiones y, por tanto, tiene experiencia. Sus razones son lógicas y creíbles, lo que le sirve para conservar su coartada y ayudar a sus amigos.
A pesar de sus esfuerzos, Pope rechaza la petición de Daryl y envía a Wells a una misión que termina siendo un plan suicida. Pope sabía lo que hacía y así se lo explica a Leah, que vuelve a ser testigo de cómo a su líder le importan muy poco sus vidas y los sacrificios que tenga que hacer con tal de acabar con Maggie de una vez por todas. Mientras tanto, los caminantes continúan acercándose, descubriéndonos que el perímetro está repleto de minas, lo que pone en peligro la vida de Maggie, Negan, Gabriel y Elijah, que se encuentran infiltrados entre los caminantes. La tensión y la incertidumbre reinan en el ambiente en una secuencia en la que el peligro es constante y en la que da la sensación de que cualquiera puede morir en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, Negan y Elijah resultan heridos en una de las explosiones, aunque de momento no parecen daños de gravedad.
Maggie y Gabriel atacan Meridian en el 11x08 de 'The Walking Dead'
Los espectadores no somos los únicos que sufrimos al ver a Maggie y compañía al borde de la muerte, Daryl tampoco puede soportarlo más y, por fin, mueve ficha para ayudarles. Si alguien tenía alguna duda de que podía cambiar de bando, estaba completamente equivocado. A Daryl no le ha temblado el pulso ni un segundo cuando tenía que acabar con uno de los vigilantes para abrirles paso a sus amigos, permitiendo que Maggie y Gabriel accedieran al recinto sin ser vistos. A partir de este instante, esta parte del episodio alcanza su momento cumbre cuando Daryl cede ante la presión y confiesa a Leah que su gente está caminando entre los muertos y tiene que evitar que Pope les ataque con la artillería pesada. Las dudas vuelven a aparecer porque la pelota está en el tejado de Leah, quien tiene que decidir de qué lado está cuando parece más indecisa que nunca.
Finalmente, Leah opta por unirse a Daryl y logran reducir a Pope hasta que ella se encarga de darle el toque final. Sin embargo, aunque pueda parecer que lo ha hecho por la relación que le une a Daryl, la decisión de Leah se debe únicamente a que no soportaba más la actitud de su líder, que escudándose en la palabra de Dios no dudaba en sacrificar las vidas de su gente. Esta forma de pensar resulta evidente cuando Leah coge su radio, delata a Daryl y, además, le acusa a él de haber asesinado a Pope. De esta manera, no solo limpia sus manos y evita que sus compañeros actúen contra ella, también se venga de todas las mentiras de Daryl, que ya no tiene más remedio que escapar de ahí si quiere proteger su vida. Asimismo, si había una mínima posibilidad de que recuperasen su relación sentimental, ahora queda claro que esto va a ser una misión imposible.
Mientras tomaban una decisión, Maggie ha continuado con su plan y consigue robar una camioneta para estrellarla contra uno de los muros para permitir que los caminantes entren. La jugada estaba bien pensada porque así los Segadores pondrían todos sus esfuerzos en protegerse de los caminantes, dejándoles a ellos camino libre para coger suministros y poder salir de Meridian para regresar a casa. Lo que Maggie desconocía es que cuentan con armamento muy peligroso y que no han dudado en utilizar contra ellos. La última secuencia nos deja con Maggie y Negan expuestos a una lluvia de proyectiles y rodeados de caminantes. Parece complicado salir con vida de una situación así, pero durante todos estos años hemos visto cómo sobrevivían a cosas mucho peores, por lo que estamos convencidos de que lograrán encontrar la forma de salir de ahí sin tener que lamentar una nueva baja.
La peor tormenta vivida en Alexandria
Rosita en el 11x08 de 'The Walking Dead'
En Alexandria tampoco reina la calma porque sus habitantes vuelven a estar en estado de alerta cuando una violenta tormenta pone en peligro sus vidas. La comunidad todavía se encuentra en pleno proceso de recuperación tras el ataque de los Susurradores, por lo que la seguridad no ha sido reforzada lo suficiente. Así pues, uno de los muros cede y los caminantes logran entrar y campar a sus anchas, obligando a Aaron, Carol y compañía a salir para acabar con ellos y volver a colocar un muro que impida la entrada de más caminantes. En la casa en la que se encuentran la mayoría la tensión aumenta cuando la puerta comienza a ceder y los caminantes se aproximan atacando a Gracie desde una de las ventanas.
El peligro constante en el que se encuentran provoca que la tensión no disminuya ni un solo segundo. Incluso cuando Rosita decide salir para despejar la entrada y actúa como una auténtica heroína dejándonos a todos con la boca abierta, resulta imposible respirar con tranquilidad. No obstante, se agradece que la serie siga presentando figuras femeninas tan fuertes y valientes y que tengan sus momentos de gloria como el protagonizado por Rosita. De hecho, aunque sus heridas tampoco le permitían moverse con facilidad, Virgil se ha hecho a un lado dejando que ellas tomaran el control de la situación. Puede que no hayan logrado contener la puerta y se hayan visto obligados a subir al piso superior, pero eso no les quita ningún mérito.
El miedo te hace más fuerte
Judith y Gracie en el 11x08 de 'The Walking Dead'
A excepción de Judith, los más pequeños nunca habían protagonizado una trama relevante hasta ahora. Ha llegado su turno para mostrarnos cómo es la supervivencia desde el punto de vista de unos niños que no han conocido otra forma de vida y que no cuentan en estos momentos con la protección de sus respectivos padres. Como era de esperar, Judith es quien toma las riendas y se encarga de cuidar a su hermano y amigos. No solo muestra una actitud de líder, a su corta edad nos da toda una lección cuando Gracie le confiesa que le gustaría ser como ella y tener menos miedo y Judith le explica que también tiene el mismo miedo, pero que su madre le enseñó a utilizar ese temor para convertirlo en algo beneficioso.
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Las inspiradores palabras de Judith no pasan desapercibidas para Virgil, quien consigue conmovernos cuando le dice que está convencido de que Michonne estaría orgullosa de ella. Tampoco podemos dejar pasar el dato que aporta en este punto Virgil al reconocer que no sabe a dónde fue Michonne, por lo que la posibilidad de obtener más información sobre su paradero se esfuma por completo. Dejando de lado esta emotividad que ha dado un respiro en lo que respecta a la tensión, la serie vuelve a ponernos en alerta cuando Judith baja al sótano en busca de Gracie al mismo tiempo que los caminantes logran entrar y obligan a las pequeñas a refugiarse en el sótano. Podría ser un buen escondite si no fuese porque el lugar se está inundando por culpa de la lluvia torrencial. Así pues, el episodio finaliza dejando en el aire si las pequeñas van a ser capaces de salir con vida de esa encrucijada.