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Anabel Pantoja sigue bajo el punto de mira, e incluso fuera de España no consigue evitar que la polémica la persiga. En esta ocasión, la colaboradora ha protagonizado momentos de simpatía, pero también actitudes desagradables, según diversos españoles que se encontraban en Egipto al mismo tiempo que ella y su novio, Yulen Pereira. Aprovechando su "luna de miel" después del paso por 'Supervivientes', Anabel Pantoja ha potenciado su faceta como influencer y quienes la han reconocido, como cabría esperar, han querido hacerse fotos con ella.
'Sálvame' ha recopilado opiniones de algunos turistas que han coincidido con la pareja y han sido testigos de sus comportamientos. En general, la impresión recibida ha sido positiva. Un hombre aseguró que Pereira le pilló haciéndoles fotos y le saludó con gesto amable, igual que su novia. Otra persona explica cómo Pantoja accedió rápidamente a hacerse una foto con su mujer: "Los dos supersimpáticos, superbien, muy agradables. Parecía que llevaban un rollito bueno".
Anabel Pantoja y Yulen Pereira en una imagen del Instagram de él
Sin embargo, no todo el mundo tuvo la misma experiencia. Una turista, que afirma haberlos visto, eso sí, "muy cariñosos" entre ellos, abrazándose y dándose besos, cuenta que se acercó a pedirle una foto a la exconcursante de 'Supervivientes' y esta le contestó "un poco borde". "¿Puedes esperar, que termine?", le habría dicho, con retintín en el tono. "Entiendo que estaba un poco agobiada con todo el mundo pidiéndole fotos", comprendió. La mujer se ofreció después a hacerles fotos juntos, a lo que Pantoja, aprovechando que tenía a una fotógrafa voluntaria, le pidió de paso un vídeo y una serie de fotos con variaciones.
Huyendo de la gente
El cansancio que percibió la turista es confirmado por otro visitante en Egipto. Afirmó ver a la sobrina de Isabel Pantoja "muy contenta" mientras "posaba y requeteposaba" para Pereira, aunque "en ningún momento se hicieron una foto juntos, ni hubo acercamiento ni nada", apunta. Cuando acabaron, describe que salieron corriendo, evitando a la gente. Más tarde volvió a encontrarse con ellos, y los percibió "todo el rato pendientes de si había alguien mirándoles o no". Cuando se acercaron unos españoles para pedirles fotos, de nuevo "salieron corriendo", afirma.
