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Si todo sale según lo previsto y los planes no se truncan como parece haber ocurrido en Asia, Estados Unidos tendrá próximamente su propia versión de Eurovisión. En una rueda de prensa celebrada este miércoles, a la que ha acudido FormulaTV como medio acreditado en Tel Aviv, la UER y los productores encargados de exportar el festival han confirmado el acuerdo que podría materializarse en televisión preferiblemente en el año 2021, si bien podría retrasarse hasta 2022.
El proyecto de The American Song Contest, nombre que recibirá la variante estadounidense, está liderado por los productores suecos Christer Björkman, Anders Lenhoff y Ola Melzig y respaldado por Brain Academy. Los tres tienen experiencia en la producción de varias ediciones de Eurovisión y del Melodifestivalen, la preselección de Suecia tomada como referente en muchos países. David Goodman, como portavoz de la UER, ha afirmado que la unión trabajará "mano a mano" en el proceso de adaptación para "asegurar que se mantengan sus valores".The American Song Contest podría estrenarse en 2021
A diferencia del acuerdo fracasado en 2006 con NBC, el trío de productores cree que esta vez la iniciativa saldrá adelante dado su bagaje en Europa. En este sentido, las dificultades con las que se está encontrando la versión asiática tampoco minan su empeño: "Eurovisión Asia es diferente porque busca unir a muchos países, nosotros solo nos centramos en EEUU", considera Lenhoff.
Las primeras conversaciones con cadenas ya han tenido lugar y, sin querer adelantar detalles, descartan ceñirse únicamente a emisoras públicas y contemplan la participación de alguna de las nuevas plataformas de streaming como Netflix. El objetivo es conseguir una adaptación estadounidense que, sin perder la esencia del formato original, sea también un éxito en un contexto muy diferente.
Una temporada en lugar de un evento puntual
El acuerdo se firmó hace apenas dos semanas y se encuentra en una fase muy preliminar. Björkman, Lenhoff y Melzig esperan dedicarse a él a pleno rendimiento a partir del día después de que termine Eurovisión 2019, de ahí que todavía no haya información firme sobre la emisión, los participantes o el formato. La entrada de la cadena o plataforma será determinante a la hora de perfilar estas variables.
Melzig espera que The American Song Contest sea una competición musical entre los estados miembros de EEUU con los elementos clásicos del festival, como una sede variable o una atractiva identidad visual. Aunque los derechos iniciales son exclusivos para el territorio estadounidense, no se cierra la puerta a que en un futuro se puedan incluir otros países del continente americano. Del mismo modo, Lenhoff ve improbable la mecánica europea, con tres emisiones en una única semana, y se inclina más por una temporada anual con varias fases eliminatorias.