La muerte de Albert Solà se daba en un momento crítico de su visibilidad pública: tras años luchando por el reconocimiento de su paternidad, el presunto hijo ilegítimo del rey emérito participaría en un programa específicamente creado para contar la verdad de casos como el suyo: '¿Quién es mi padre?'. Y, sin embargo, perdía la vida de forma súbita solo unos días antes de la emisión.
El parecido de sus rasgos físicos con los propios de la familia Borbón era evidente, pero lo verdaderamente importante para Solà eran las pruebas que recabó al investigar su propia vida, como explicó en su última entrevista. Fue acogido en un orfanato, al que llegó con un chupete verde, color asociado a la realeza española. Fue desplazado a Ibiza con una familia que se hizo cargo de él en sus primeros meses, algo poco habitual.
Albert Solà en '¿Quién es mi padre?'
"Con el tiempo he averiguado que a la familia de Ibiza le hacían pagos bien remunerados por cuidarme", aseguró. Con tres años volvió a Barcelona y fue adoptado por una nueva familia. De esta época, recuerda a una maestra que le daba clases en su casa, y a una misteriosa mujer que le visitaba y hacía regalos carísimos. Años después, Solà descubriría que la identidad de la misteriosa mujer sería la de María Mercedes de Borbón, madre del rey Juan Carlos.
Protegido y amenazado
Con casi ocho años, se trasladó con una familia de campesinos muy humilde. Sin embargo, siguió recibiendo caros regalos como una moto o un coche nuevo. También durante su servicio militar vivió momentos como levantamientos de castigos o privilegios inexplicables que le hacían pensar que tenía un protector. Solà fue incluso puesto en primera fila en desfiles militares donde asistió el rey como parte de la banda musical, a pesar de tener una nula destreza para ello.
Albert Solà frente al Palacio Real
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Un agente del CNI contactó años después con Albert Solà, en 2007, para realizar una prueba de ADN. El responsable del laboratorio respalda la historia y asegura que le encargaron destruir toda prueba una vez se hiciera el test genético. Cuando se confirmó la compatibilidad de las muestras, el CNI volvió a hablar con el presunto hijo ilegítimo. "Me pidieron que renunciara a los derechos sucesorios a favor de mi hermano, Felipe VI. Está grabado, ellos lo tienen", reveló Solà.