Hace apenas una semana, RTVE anunció que sus corresponsales abandonaban Rusia ante la persecución descarada que había iniciado el Kremlin contra la prensa extranjera. Por entonces, el gobierno ruso aprobó una ley contra la divulgación de "información falsa", con hasta quince años de cárcel, lo que ha obligado a distintas cadenas y entidades de todo el mundo a retirar a sus reporteros y profesionales del país. En medio de las acusaciones de manipulación informativa hacia el Kremlin, la cadena televisiva rusa Channel One se ha visto sorprendida por la editora de la misma, Marina Ovsyannikova, quien irrumpió en el informativo con un enorme cartel y gritos en contra de la guerra de Putin con Ucrania, el lunes 14 de marzo.
Marina Ovsyannikova irrumpe en directo en la cadena rusa Channel One contra la guerra
Antes de lanzarse a protestar ante las cámaras del canal, la editora, consciente de cuáles podrían ser las consecuencias, grabó un vídeo en el que lamentaba su participación en los medios rusos. "Lo que está pasando en Ucrania es un crimen y Rusia es el agresor", afirmaba Ovsyannikova, quien achacaba "la responsabilidad de esta agresión" a Putin. La profesional también destacó que "mi padre es ucraniano, mi madre es rusa, y nunca fueron enemigos" y se mostró arrepentida por su participación en la manipulación informativa llevada a cabo por parte del Kremlin desde hace tanto tiempo: "desafortunadamente, a lo largo de los últimos años he trabajado para Channel One".
A woman burst onto Russia's main live evening newscast today with a sign that says:
— max seddon (@maxseddon) March 14, 2022
"Stop the war
Don't believe propaganda
They're lying to you"
And chanting: "Stop the war! No to war!"pic.twitter.com/pKVKZFVEM3
"El pueblo ruso ha sido zombificado"
"He hecho propaganda del Kremlin y estoy muy avergonzada: permití que la gente mintiera desde las pantallas de televisión y que el pueblo ruso haya sido zombificado", declaraba la editora, en el vídeo, grabado antes de irrumpir en directo en la cadena rusa. Ovsyannikova confesó además que "no dijimos nada en 2014, cuando todo empezó", al igual que tampoco "protestamos cuando el Kremlin envenenó a Navalny". "Simplemente, observamos en silencio este régimen inhumano. Ahora todo el mundo se ha alejado de nosotros y diez generaciones de nuestros descendientes no lavarán esta guerra fratricida", lanzó la rusa, tajante.