Si pensamos en personajes de mujeres trans en televisión puede que los primeros nombres que se nos vengan a la cabeza sean los de Maura Pfefferman (Jeffrey Tambor) en 'Transparent', Sophia (Laverne Cox) en 'Orange Is the New Black' o, más recientemente, Jules (Hunter Schafer) en 'Euphoria'. En los últimos años, el debate ha avanzado tanto que donde antes nos conformábamos con ver representada esa identidad sexual en la pequeña pantalla, ahora vemos coherente y, sobre todo, necesario que el papel de una mujer trans esté interpretado por otra mujer trans. Y es que tal y como señala Schafer en una entrevista a Variety, "necesitamos que haya más papeles en los que la gente trans no solo esté lidiando con ese tema, sino que sean trans mientras se ocupan de otros problemas; somos mucho más complejos que una sola identidad". Pero no siempre fue así. En 1999, cuando apenas había precedentes, 'Mareas vivas', probablemente la serie más emblemática de la Televisión de Galicia, abrió una puerta, temprana pero indispensable, con Isabel de Toro en la piel de Vanessa.
Isabel de Toro en el papel de Vanessa en 'Mareas Vivas'
Para los no iniciados (o residentes más allá de El Bierzo), 'Mareas vivas' marcó un antes y un después en la ficción gallega. Creada por Antón Reixa y rodada en plena Costa da Morte (entre Laxe y Corme), seguía la pista de Andrés (Luis Tosar, que entonces comenzó a labrar su gran carrera), un juez recién llegado a la localidad marinera de Portozás. Hasta 152 episodios repartidos en ocho temporadas (1998-2002) repletas de comedia costumbrista y también, por qué no decirlo, una dosis de crítica social como la que tuvo lugar el capítulo 11 de la segunda temporada, titulado "Amigo e amiga".
En el bar de Petróleo (Luis Zahera, que fue barman antes que corrupto de Goya en "El Reino"), aparece cierto día Vanessa, una mujer imponente a la que el dueño del local echa el ojo nada más entrar. Lo que Petróleo no espera es que Vanessa fuera antes Paco, su mejor amigo de juventud, con el que pasó años y años de desventuras en 'la mar'. Tras descubrir que había transicionado de género, pregunta: "¿Qué te pasó para hacer semejante barbaridad de convertirte en una mujer?". La respuesta no puede ser más sencilla y a la vez reivindicativa: "No me pasó nada ni fue una decisión, es que ya era una mujer cuando te conocí".
"'Mareas vivas' era una serie muy querida y el personaje de Vanessa se recibió igualmente, con cariño y con bastante normalidad. No fue para nada polémico", recuerda Isabel de Toro veinte años después en declaraciones a FormulaTV. La actriz gallega, con dilatada experiencia en teatro, cine y televisión destaca la naturalidad que desde un primer momento se le dio al personaje: "Yo siempre entendí, y además desde dirección no se me hizo otra indicación, que el personaje era toda una mujer, y así lo planteé".
'Mareas vivas', con el paisaje gallego de fondo
Cuesta creer, pues los contados antecedentes de la ficción española hasta entonces eran poco menos que caricaturas. En 'Farmacia de guardia', en 1992, fue Fernando Telletxea, actor y transformista más conocido como Fama, quien se metió en la piel de Mariano, Clara Eugenia tras su cambio de sexo. Aunque ahora el debate se centra en la necesidad de que una actriz trans interprete a un personaje trans para abrir la industria a esas actrices, en su día, al menos, se agradecía que no fuese un hombre disfrazado, sino una mujer, quien diese diese vida a Vanessa en este caso. "Supongo que si en ese momento hubiese como opción para llamar alguna actriz trans, seguramente la habrían llamado, entiendo yo. En aquella época yo no sé si habría alguna, o por lo menos yo no la conocía", confiesa la protagonista, que excusa en cierta manera a 'Farmacia de guardia': "Es muy fácil caer en ese tipo de caricaturas cuando se trata de comedia".
Confusión de términos
A pesar del carácter pionero de su aparición, Isabel no recuerda ninguna felicitación concreta pero entiende, y espera, que alguna mujer en la misma situación se sintiese representada. "Vanessa llevaba como bandera la normalidad, la naturalidad, y creo que ahí precisamente está la reivindicación de su condición y del colectivo LGTBI", remarca De Toro, que sí tiene en mente algunas observaciones que, por puro desconocimiento, le plantearon por entonces. "Creo que tenía que ver con la confusión de los términos con respecto a la condición del personaje. Me dijeron que si el personaje era un travesti tenía que haberlo planteado con más masculinidad", explica dando fe de los prejuicios que, afortunadamente, han ido quedando atrás, aunque todavía queda mucho por hacer.
De vuelta en Portozás, Petróleo recapacita tras hablar con Berta (Sonia Castelo) y busca a Vanessa frente al mar que los unió de jóvenes para pedirle perdón por su actitud y recordar viejos tiempos. "¿Fui bien animal, ¿no? No sé qué decir, llevé una impresión muy grande...", amaga con disculparse. Vanessa acepta, aunque no es la única mirada desaprobatoria que debe soportar durante su regreso al pueblo que la vio nacer. En el ayuntamiento, la asistente del juez le pregunta extrañada si su verdadero nombre es Francisca. Mientras, un marinero que se siente atraído por ella la rechaza tras conocer la revelación. Aun con los prejuicios de la época representados en estos dos personajes, Isabel de Toro remarca que Vanessa "no tenía ningún conflicto con su condición en el momento en el que se desarrollaba la trama". "Su conflicto era con la aceptación del resto de personajes: con la huida del marinero joven cuando descubre que se llama Francisco, la reacción de la secretaria del Concello y el rechazo inicial de su amigo Petróleo", valora la actriz dos décadas después.
Precedente polémico
Vanessa solo duró un capítulo en 'Mareas vivas'
Decimos que queda mucho por hacer, y no solo en la vida real. En ficción, el precedente más reciente y polémico reside en 'La casa de las flores', la serie de Netflix con Paco León en el papel de una mujer trans. Su director, Manolo Caro, apuntaba con sus declaraciones a los tiempos del debate: quizá ahora en México se piensa más en la necesaria representación de personajes trans, sin llegar al punto de plantearse quién debería interpretarlos. De ahí, las muestras de cariño y felicitaciones que el director recibió en su país, mientras que Paco León no respondió aquí más que a críticas durante meses.
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Y en 1999, ¿era demasiado pronto aquí, ya no solo para ese debate, sino para que un personaje trans se instalase en Portozás y, por ende, en los hogares de miles de gallegos? "Ojalá Vanessa con dos 'eses' se hubiese quedado a vivir en Portozás y hubiese tenido más oportunidad de interaccionar con la gente del pueblo. Supongo que los productores y los guionistas no lo consideraron oportuno. Quizá era demasiado para el momento", reflexiona Isabel de Toro, consciente de que entonces "había mucha confusión entre hombre y mujer". "Hoy en día están mucho más claros los términos, no crea que nadie confunda a un travesti con un trans y las cosas se han normalizado bastante, pero queda mucho por hacer", concluye Isabel, Vanessa para siempre en Portozás.