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El miércoles 27 de marzo, Pablo Motos recibió al político Albert Rivera en 'El hormiguero'. Una cita con el líder de Ciudadanos que se dio apenas un día después de que el programa de Antena 3 contara con la visita de Pablo Iglesias como parte de una tanda de entrevistas con algunos de los candidatos a la presidencia en las elecciones del 28 de abril. Un encuentro en el que Rivera reafirmó la definición de su partido como "liberal y constitucionalista" y apuntó a un "fin del bipartidismo".
Pablo Motos y Albert Rivera en 'El hormiguero'
Rivera tuvo ocasión de hablar sobre Vox, partido del que declaró que "tiene ocurrencias que no compartía". Sobre la posibilidad de que formara parte de un acuerdo con Ciudadanos y PP para formar gobierno, Rivera se declaró dispuesto a aceptar su apoyo, pero que no por ello tenían que estar en el ejecutivo. "Necesitamos un cambio tranquilo, desde el centro, y yo quiero encabezar eso", defendió el político. "Yo sí tengo un proyecto para España y no es dar pasos atrás en la historia", lanzó Rivera, que desveló que conoció a Santiago Abascal mientras ejercía como diputado en el País Vasco. "La sensación que tengo es que es más conservador de lo que era cuando estaba en el PP", observó el catalán.
La "línea roja" de Pedro Sánchez
En cuanto al PSOE de Pedro Sánchez, Rivera se mostró tajante y rechazó la idea de pactar con ellos. De hecho, reconoció que "haría todo lo que pudiera" para que el ahora presidente "no estuviera en el gobierno". "Sánchez ha pisado una linea roja: ha pactado después de un golpe de estado con los que dieron otro golpe", declaró el político, que insistió varias veces en el acuerdo entre PSOE y los independentistas. "Ha escogido un camino que yo no comparto", concluyó el catalán, que se mostró también muy crítico con el uso que hacía el actual gobierno de los decretos leyes, unas medidas de "urgencia, no electorales". Aun así, Rivera matizó que el problema con Sánchez "no era personal, sino político".
Una Cataluña "triste"
Albert Rivera en 'El hormiguero'
Motos también quiso conocer la opinión de Rivera sobre la situación en Cataluña. "A nivel personal veo mi tierra triste. Veo familias rotas, gente que no se dirige la palabra como antes", declaró el político, que había encontrado en eso "otro motivo para intentar tirar hacia delante a este país". "Aspiro no a que la gente piense como yo, sino a que nos respetemos", declaró Rivera, que apeló a un "sentido de convivencia y de estado".
A raíz del juicio del procés, el catalán rechazó los indultos y se mostró proclive a respetar la decisión del Tribunal Supremo, fuera cual fuese. Además, Albert fue muy crítico con TV3, a cuyos encargados pidió que "cumplieran la ley y dejasen de insultar a la mitad de Cataluña y al resto de España". "Han convertido a la tele pública en una máquina de odio", alegó el político. Un hecho que Rivera prometió cambiar en caso de llegar al gobierno catalán, puesto que, según señaló, debía recoger "todas las voces" del pueblo catalán al tratarse de una cadena pública.