Escalar la montaña de la peak TV se ha convertido en una meta inalcanzable. Cada año recibimos centenares de estímulos en forma de series, que se aglutinan en una bola de nieve -o quizá una burbuja- que no para de crecer y cuyo ritmo resulta difícil de seguir. Si nos fijamos tan solo en Estados Unidos, en 2019 se estrenaron alrededor de 530 ficciones televisivas, como señalaba John Landgraf, CEO de FX. Y a pesar de esos abultados números, que aportan una oferta de más una decena de lanzamientos por semana, todavía somos capaces de encontrar tiempo para volver a ver series que nos marcaron, como 'Friends' o 'The Office', y cuya vigencia tiene un impacto mayúsculo en la reñida guerra del streaming.
Precisamente esas dos comedias, emitidas originalmente en NBC, son las que han demostrado que los fenómenos del pasado pueden decantar la balanza en el presente. Ambas han atravesado una segunda juventud en Netflix, donde se han consolidado como dos de las reinas de su catálogo, como indica The Wall Street Journal, hasta que han regresado a sus respectivos hogares. Mientras que Peacock, la plataforma de NBCUniversal nacida en julio del año pasado, ha dado la bienvenida a 2021 integrando 'The Office' de manera exclusiva, HBO Max hizo lo propio con 'Friends' en mayo. De hecho, la sitcom protagonizada por Jennifer Aniston, Courteney Cox y compañía destacó como lo más visto en el servicio de WarnerMedia durante sus primeros meses, quedando por encima de 'Love Life' y 'The Big Bang Theory', como recogía Deadline.'The Office' ha saltado a Peacock tras arrasar en Netflix
Ese éxodo se produjo después de que Netflix invirtiera 100 millones de dólares para mantener 'Friends' durante 2019, y una cifra similar por contar con los derechos de 'The Office' a lo largo de varios años. No obstante, los esfuerzos de WarnerMedia y NBCUniversal por irrumpir en el terreno del streaming han terminado por despojar a Netflix de esos dos éxitos de antaño, forzándola a impulsar su producción original. De la misma manera, Disney también le dio un importante empujón a la plataforma roja en esa dirección, retirando sus películas y poniendo fin a las series resultantes del acuerdo con Marvel, como 'Daredevil' o 'Jessica Jones'.
Los ejecutivos de Netflix ya se veían venir la crisis de los contenidos licenciados, como demuestra su ascendente inversión en contenido original, que se encuentra muy por encima del desembolso de la competencia. En 2019, Netflix habría gastado 15.300 millones de dólares en contenido, con una buena parte dedicada a la producción propia, y en 2020 ese montante habría ascendido a 17.300 millones, según las proyecciones aportadas por Variety. En comparación, Disney habría invertido 1.000 millones de dólares en el primer año de vida de Disney+; WarnerMedia, 2.000 millones en el arranque de HBO Max; y NBCUniversal otros 2.000 millones en Peacock, pero repartidos entre sus dos primeros años.
En ese sentido, aunque Disney+ engordará sus datos considerablemente tras la oleada de anuncios del último Investor Day, la competencia más cercana a Netflix en cuestión de inversión en contenido original sería Amazon, que habría destinado unos 6.000 millones de dólares a ese propósito en 2019, según las expectativas detalladas por CNBC. Sin embargo, el caso de Prime Video es más particular, ya que no deja de ser un complemento al pack de servicios del gigante del comercio comandado por Jeff Bezos. Aun así, ambas tienen en común la primorosa necesidad de forjar una identidad, una marca que las distinga del resto. De ahí que su gasto sea mayor que el de WarnerMedia, NBCUniversal o Disney, cuyos bagajes implican una personalidad contrastada en forma de series y películas que ya forman parte del inconsciente colectivo.
'Friends' se mantiene (muy) viva desde su estreno en 1994
El ying y el yang del streaming
El caso de Disney es el reverso de la obsesión de Netflix por el derroche en contenido original. Poco más de un año después de su lanzamiento en noviembre de 2019, Disney+ ha roto todas las previsiones y ha reclutado a 86,8 millones de suscriptores, apoyándose principalmente en su catálogo histórico, que incluye producciones de Pixar, Marvel o 'Star Wars' y que de por sí ya garantiza miles de horas de entretenimiento. Es cierto que, al igual que Netflix, el servicio familiar se ha visto beneficiado por el estallido de la pandemia de coronavirus, disparando la llegada de nuevos usuarios a lo largo de 2020 sin necesidad de lanzar demasiadas producciones originales de primer nivel, aparte de 'The Mandalorian', 'Mulán' o 'Soul'.
A partir de 2021, la apuesta de Disney se irá entrelazando cada vez más entre la nostalgia y la novedad, que es seguramente la ecuación ganadora en esta, hiperbólicamente llamada, guerra del streaming. El sucesivo lanzamiento de ambiciosos títulos inéditos como 'Bruja Escarlata y Visión' o 'Falcon y el Soldado de Invierno' puede ser tan relevante como la integración de Star, el apartado dedicado a contenido más adulto, que llegará en febrero a Europa y otros territorios internacionales. En esta pestaña se reunirán nuevos lanzamientos de ABC, Hulu o FX, como 'Big Sky' y 'Love, Victor', pero su función principal apunta a ser la de biblioteca de producciones tan amortizadas como 'Perdidos', 'Anatomía de Grey', 'Prison Break' o 'Mujeres desesperadas'.
Kate y Jack se vuelven a perder en Disney+
Aunque a primera vista pueda parecer algo anecdótico, una simple forma de ensanchar el catálogo tirando de viejas glorias, la inclusión de esas series es un valor añadido muy relevante. Se trata de una manera de atraer nuevos suscriptores, quizá no tan potente como el lanzamiento de un nuevo título con repercusión global, pero realmente su importancia radica en un atractivo más profundo. Al contar con múltiples temporadas y centenares de episodios, esas series son una excusa perfecta para no cancelar la suscripción, el enganche que hace que te quedes mes tras mes al encontrar títulos reconocibles y longevos entre la masa de lanzamientos desconocidos.
Desde un punto de vista más local, esa es la apuesta que ha hecho Amazon en España para convencer a la gente de activar el servicio. La plataforma, asociada a la suculenta oferta de envíos a domicilio de su compañía, se ha hecho con los derechos de series nacionales tan míticas como 'Física o química', 'El internado' o 'Compañeros', que individualmente no son una razón de peso para decantarse por Prime Video, pero que en conjunto aportan el aliciente necesario para establecer una base que, perdiéndose por la interfaz, acabe topándose con joyas originales como 'Fleabag', 'The Marvelous Mrs. Maisel' o 'Mozart in the Jungle'.
'South Park' asienta su acampada en HBO Max
La mudanza de clásicos
A fin de cuentas, las dos realidades televisivas, la pasada y la contemporánea, conviven y se retroalimentan en los catálogos de las plataformas de streaming. Algunas necesitan ese sustento externo más que otras, pero ya ha quedado demostrado que los acuerdos de Netflix por hacerse con 'Seinfeld' o de HBO Max por 'South Park', ambos alrededor de los 500 millones, tienen un fundamento muy válido. Otras se abocan a la irrelevancia al apostar en exclusiva por la producción original, como la defenestrada Quibi o, en menor medida, Apple TV+, que está tratando de establecerse como un servicio gourmet con ficciones selectas.
En cualquier caso, a nosotros, como espectadores, nos toca ubicarnos en medio de este trasiego de de contenidos que, cuales Pikmin, irán respondiendo a la llamada de sus respectivos hogares. Afortunadamente, esto significa que aquellas series que forjaron nuestra identidad tienen una residencia estable a la que podemos acudir para reencontrarnos con ellas. Y al mismo tiempo se asegura la preservación dentro de un medio que busca un nuevo fenómeno semana tras semana, sin dejar de reverenciar a un pasado todavía sobresaliente y determinante en medio de la marejada del presente.