En 2013, aterrizaba en España, de la mano de Shine Iberia y Televisión Española, el formato culinario 'MasterChef', cuyo arranque no fue precisamente notable: su primera entrega obtuvo un 11% de share e incluso bajo al 10% en su segunda cita. Fue entonces cuando La 1 optó por realizar un cambio en su jornada de emisión, lo que no solo logró salvar la edición, sino que también convirtió al formato en toda una revolución en la televisión en España: la edición concluyó con una final que triplicó la cuota de pantalla de la emisión de su primera entrega al alcanzar el 33% y reunió a más de 3,4 millones de espectadores.
Los jueces de la franquicia 'MasterChef' posan junto Almudena, ganadora de 'MasterChef Abuelos 2'
A lo largo de ocho años, la franquicia de 'MasterChef' se ha mantenido fuerte ante la audiencia con Samantha Vallejo-Nágera, Jordi Cruz y Pepe Rodríguez como los inamovibles jueces. El formato ha llegado incluso a impulsar el desarrollo de otras versiones más allá de la protagonizada por adultos anónimos, como ocurre en 'MasterChef Junior', versión que nació el mismo año en el que el formato aterrizó en España, y el nacimiento de 'MasterChef Celebrity' tres años después. Con tres programas con la misma premisa como base en TVE, el formato ha sabido reinventarse, desarrollar pruebas nuevas y fichar grandes castings que han seguido encandilando a la audiencia a lo largo de tanto tiempo.
Aunque el nacimiento del especial 'MasterChef Abuelos' en 2020 amplió el universo de 'MasterChef' en España, el paso de los años y las últimas polémicas en torno al formato, al igual que el desgaste en audiencias que en general sufre Televisión Española desde hace varios meses, parece haber arrastrado al formato. De hecho, la última edición de 'MasterChef Junior' tuvo que ser reducida de las seis entregas habituales a tan solo cuatro, con las que obtuvo una media de 10,5% de share, siendo la menos vista de la historia del talent infantil. Por ello, en FormulaTV recopilamos algunos matices que Televisión Española podría abordar con el fin de reavivir el formato que tantas alegrías ha dado tanto a la entidad pública como al público.
1 Una menor duración
El inicio de 'MasterChef Celebrity 6'
Una de las mayores quejas del público con respecto a 'MasterChef' en prácticamente todas las ediciones es la duración de cada entrega, que en ocasiones roza supera las tres horas y media. El hecho de que un programa emitido entre semana, sin cortes publicitarios, ocupe tanto espacio en la parrilla, no encaja si tenemos en cuenta que, además, es un formato familiar. La capacidad de atención del espectador no dura tanto tiempo y, teniendo en cuenta que muchos madrugan, es de esperar que abandonen el programa antes de que puedan disfrutar de su desenlace, lo deseen o no, y más cuando el arranque del cocinado ya se hace esperar prácticamente en cada prueba o cuando el programa en sí se ve interrumpido con patrocinios o publicidad.
Para evitarlo, habría que replantearse aspectos como el renunciar o reducir el relleno intrascendente, como aquellas conversaciones cuya duración es excesiva, sobre todo si apenas tienen relevancia para el programa, tal y como ocurre en las pruebas de exteriores. Es entonces cuando 'MasterChef' cumple su formato de formar a la audiencia sobre distintos rincones y riquezas de España, por lo que no habría que renunciar ello, pero extender su duración puede empujar al espectador a desconectar o, incluso, a saltar dichas partes en caso de ver las entregas en diferido. El hecho de que también se cuente con momentos emotivos también debería tener un límite: está bien que el público empatice con los aspirantes y los conozca mejor, pero no habría que olvidar que 'MasterChef' es un talent show. De hecho, recortar esos momentos más de "reality" es casi en algunos momentos una necesidad, puesto que hay entregas que se acercan más a dicho género televisivo que a un talent show al uso.
2 Un ritmo más dinámico
Algunos de los aspirantes de 'MasterChef Junior 9'
Abrazando las quejas sobre la larga duración de las entregas de 'MasterChef', en ocasiones estas pecan de una cierta falta de ritmo que hace caer el interés en el programa, por lo que sería muy positivo mejorar el programa en este aspecto. Por ejemplo, escenas habituales como lo que suelen mostrarse antes de que arranque el cocinado, en ocasiones es excesivamente largas y con contenido que apenas tiene peso en la entrega, ralentizan el avance de la gala y, en consecuencia, puede llegar a aburrir al espectador. Incluso en el mismo proceso de cocinado, hay momentos puntuales en que el montaje puede resultar tedioso sin que seamos realmente conscientes de ello.
A ello se suma, además, el hecho de que, como ya se ha mencionado anteriormente, hay momentos en los que el ritmo se ve abruptamente interrumpido con recomendaciones, promociones o publicidad que sacan al espectador del programa y enfrían el ambiente. Un hecho que, sumado al montaje, a veces puede hacer que las pruebas, en ciertos momentos, resulten lentas y pesadas, con falta de tensión y emoción, las cuales no se transmiten adecuadamente al espectador. Aspectos a los que también se han sumado momentos en los que la realización se vuelve monótona, con planos que apenas varían, sin agilidad y poco dinámica, lo que sumado a todo lo demás, provocan que, en ciertos momentos, algunas de las entregas hayan flojeado de forma notable de cara a la audiencia.
3 Un guion menos artificial
Los jueces de 'MasterChef'
Los programas de televisión requieren una planificación, un guion previo, ya sea más o menos rígido, sobre el que poder trabajar durante la grabación y/o directo. Por supuesto, 'MasterChef' no es una excepción. Sin embargo, hay momentos en los que ese guion parece ser poco dado a las sorpresas o llama la atención en exceso, como, por ejemplo, algunos momentos protagonizados por los jueces, a veces poco naturales y quizás incluso fuera de contexto en momentos puntuales. En ocasiones, hasta es más que evidente que trabajan con un guion encorsetado, lejos de una naturalidad que seguramente aportaría un valor más auténtico y ameno de cara a los espectadores.
El papel de los jueces, de hecho, es un aspecto que permanece inflexible a lo largo de los años. Parece imposible, por ejemplo, sacar a Cruz de ese papel de "malo" e impasible en el que se ha encorsetado. No obstante, hay que tener en cuenta que, aunque chefs profesionales, Vallejo-Nágera, Cruz y Rodríguez son seres humanos que pueden, y quizás deberían, poder dejarse llevar por las situaciones. Algo que vendría bien al formato, al sacar al jurado de sus "papeles" habituales y permitiéndoles ser más flexibles en este aspecto. Más allá de la función que ostentan los jueces del talent, también está el hecho de que, en ocasiones, el guion está tan ajustado, tan planificado, que el resultado final de cada entrega poco sorprende al espectador, puesto que, incluso desde el principio, se intuye ya quién podría ser el eliminado o ganador. En este aspecto del guion, tambiéns ería recomendable prescindir de los en ocasiones repetitivos diálogos, con explicaciones que se repiten y que no serían necesarias de cara a la audiencia.
'MasterChef' es toda una experiencia, tanto para los propios concursantes como para los jueces puesto que, al fin y al cabo, es una competición culinaria. Por ello, no ha de sorprendernos que incluso los segundos se dejen llevar por la situación y acaben siendo en ocasiones excesivamente duros con los aspirantes. Aún así, ha habido situaciones en los que las cosas se han llevado demasiado lejos, sobre todo si tenemos en cuenta que el formato se vende como un programa "blanco". Sí, la competición existe, es la base del talent y el jurado ha de ser exigente, pero no es bueno ni positivo para el formato el hecho de llegar incluso al punto de humillar a unos aspirantes que, en general, se están dejando la piel para dar lo mejor de ellos en las cocinas.
Aspectos tan simples como las palabras que se emplean a la hora de lanzar veredictos o el mismo tono que se emplea, son esenciales para evitar que los participantes acaben totalmente derrotados. Los bajones a lo largo de un programa de este tipo son normales, pero pueden resultar perjudiciales no solo para el propio aspirante, sino también para el formato, sobre todo si este no logra recuperarse y sufre un notable desgaste. Por eso es importante, tanto para el propio talent show como para su casting, que quizás en ocasiones los jueces no aceleren tanto a la hora de lanzar sus veredictos y apuesten por críticas más constructivas. Después de todo, no hay que olvidar que es un programa destinado a favorecer que sus participantes aumenten sus conocimientos culinarios, al mismo tiempo que se disputan la victoria, por lo que mantener un ambiente competitivo al mismo tiempo que más positivo que "aplastante", puede favorecer tanto a los "novatos" de la cocina como a los prestigiosos y experimentados chefs que los valoran, puesto que impulsará sus ganas de aprender y de superarse. Y, en consecuencia, será más positivo también para el espectador.
A raíz de la necesidad en ciertos momentos de unos veredictos más "blancos", también está el hecho de que el formato se vería seguramente muy favorecido al restar cierta presión sobre los participantes. Los espectadores, de la boca de algunos de los implicados en la extensa y exitosa historia de 'MasterChef', son conocedores de que, en ciertas ocasiones, los aspirantes se han sentido presionados para llegar al límite y que den el mayor contenido posible. No hay que olvidar, sin embargo, que es normal que exista cierto grado de presión: estamos hablando de un talent show en el que el mejor se lleva el premio. Aún así, como ocurre con los veredictos, hay formas más "suaves" de conducir este tipo de situaciones, de que dicha presión no resulte tan agobiante que llegue incluso a mostrar caras de los concursantes totalmente desconocidas hasta para ellos mismos.
'MasterChef' podría también optar por otras herramientas, lejos de la presión, para provocar situaciones que favorezcan el espectáculo televisivo. Y es que, aunque se trata de un concurso, no hay que olvidar que ha de ser entretenido a ojos del espectador. Los juegos entre los aspirantes, las bromas, la comedia o incluso la rivalidad sana pueden ser ingredientes a explotar más favorecedores tanto para el programa como para los propios implicados. Unos recursos que, además, con toda probabilidad alejarían al formato de las críticas que han surgido en ocasiones por parte de la audiencia ante situaciones rocambolescas, discusiones sin sentido o momentos incluso delicados a raíz de la presión que sienten los concursantes durante el cocinado en el talent show.
Al no contar Televisión Española con publicidad, no sorprende que un formato con tanto éxito como 'MasterChef' aproveche para tirar de patrocinios o de publicidad a lo largo de sus entregas. Sin embargo, en ocasiones puede resultar demasiado pesada e insistente, sobre todo si tenemos en cuenta el hecho de que esos minutos alargan la duración del programa. No es necesario insistir en interrumpir el cocinado de los aspirantes u otros momentos del programa para estar un rato hablando del libro, la escuela o demás productos relacionados con el formato. Quizás una mayor brevedad de estos momentos, o que sean más puntuales y amenos, pueda favorecer tanto la marcha del programa como su duración, beneficiando también la imagen que tiene la audiencia de estos momentos, que a veces pueden resultar demasiado insistentes de cara a una audiencia que puede verse quemada por los momentos de "relleno" de un programa que se alarga durante tres horas.
7 Renunciar a tantas polémicas
Algunos de los aspirantes de 'MasterChef Celebrity 6'
Relacionado con los matices que podrían mejorarse sobre los veredictos o la presión sobre los aspirantes, también podría darse una vuelta sobre la a veces aparente y excesiva necesidad de recurrir a las polémicas para despertar el interés del espectador y engancharlo a la edición. Por supuesto, todo programa necesita atrapar a su audiencia pero, en ocasiones, 'MasterChef' parece olvidar que no solo los conflictos pueden ser tramas interesantes con las que entretener al público más allá del tema central y omnipresente del programa, la cocina.
8 Dejar que el formato descanse más
Arnau, ganador de 'MasterChef 9'
Otro de los aspectos que ha perjudicado al "universo" 'MasterChef' en Televisión Española, es el hecho de que el formato apenas ha dado un respiro a su audiencia, como ha ocurrido, sin ir más lejos, en los últimos meses de 2021: La 1 ha emitido prácticamente seguidos 'MasterChef Celebrity 6', 'MasterChef Junior 9' y 'MasterChef Abuelos 2', sin dar un tiempo de descanso o, incluso, sin esperar a que amainara la tormenta de críticas que nació a raíz de la trágica muerte de Verónica Forqué, lo que propició que la versión de los más pequeño se se viera empañada por todo ello. Aunque cada edición y cada versión del talent tiene sus peculiaridades y su propio casting, es evidente que el programa, como cualquiera que se emita con cierta periodicidad en televisión, puede sufrir un desgaste si "empacha" al público con varias entregas muy seguidas, puesto que su esencia y su premisa se mantiene.
9 Mantener elementos que rompan la monotonía
Algunos de los aspirantes de 'MasterChef Junior 9', bañados en salsa
Años de recorrido también pesan a la hora de ser creativos y sorprender a unos espectadores más que curtidos en la franquicia 'MasterChef'. Por eso, el formato y sus versiones ha de seguir apostando por esos elementos que, a lo largo de las veinticuatro ediciones emitidas, han conseguido impactar en su audiencia y romper con lo predecible que puede llegar a ser el talent. El haber dado la victoria a dos aspirantes en la última versión de 'MasterChef Celebrity', introducir nuevos concursantes con la temporada ya avanzada, o que se cambie la rutina de la expulsión prescindiendo de dos concursantes la misma noche o incluso de ninguno, son algunas de las recientes estrategias que hemos podido disfrutar en las últimas versiones de 'MasterChef'.
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Gusten o no a toda la audiencia, lo cierto es que ese tipo de tácticas despiertan cierto espíritu de emoción, de expectación, que beneficia a la franquicia al completo. Después de todo, tener un molde está bien, pero nada es eterno y el permanecer estancado en todos los aspectos no favorece ni a Televisión Española, ni al propio talent show. Ni siquiera a los espectadores que quieren disfrutar de él. Seguir renovándose con apuestas innovadoras, inesperadas, es esencial para mantener el formato vivo, actualizado y lejos de la monotonía. Esto último, sobre todo, favorece que los espectadores se animen a seguir disfrutando del contenido que ofrece 'MasterChef' a lo largo de sus distintas ediciones, con el fin de ver a dónde llegan sus aspirantes favoritos y comprobar si el formato puede seguir sorprendiéndolos. Es una forma de evitar perder a aquellos espectadores que, al atisbar un cierto camino ya "marcado", renuncien a seguir la emisión de un talent show que se ha convertido en el busque insignia de Televisión Española gracias a sus grandes audiencias.