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'Y ahora Sonsoles', en imágenes 8 fotos
Cinco días han pasado ya desde que Carmen Lomana anunciara que abandonaba su puesto en 'Y ahora, Sonsoles' tras quejarse en directo de su breve intervención en el programa de Antena 3. Sin embargo, la empresaria aún sigue presente entre sus compañeros, hasta el punto de que la propia Sonsoles Ónega lanzó una pulla sobre sus acusaciones contra la directora del formato cuando, la tarde del martes 15 de noviembre, el equipo olvidó colocar una silla en plató para Valeria Vegas, quien apareció para formar parte de la misma sección en la que habían contado con Lomana.
Apenas habían pasado veinte minutos desde el comienzo de la emisión, cuando, como es habitual, se dio paso a la sección "La vida es bella", en la que la leonesa había hecho su última aparición como parte del programa de Ónega. La presentadora recibía entonces a Vegas quien, al sumarse a sus compañeros, descubría que no tenía dónde sentarse. "Ay, ¿que no tienes silla? Oye, por favor", protestaba Ónega, mientras la recién llegada trataba de quitar hierro al asegurar, con humor, que "me quedo de pie encantada".Enseguida, un miembro del equipo acercaba una silla para la periodista, que Miguel Lago cogió al momento para colocarla rápidamente en su sitio. "No voy a poner verde al programa como Carmen Lomana", bromeaba además Vega, antes de ocupar su lugar mientras tanto su compañero como la presentadora manifestaban su sorpresa ante el despiste. "Oye, Valeria Vegas, yo tengo que decir una cosa porque, si no lo digo, pues no puedo: No tiene nada que ver la directora", lanzaba entonces Ónega, con una sonrisa.
"Por si acaso escribo un post"
La presentadora lanzaba así una clara pulla a Lomana por las acusaciones que había vertido contra la directora Patricia Lennon, responsable del formato, al señalarla como culpable de su marcha. "Ah, bueno, por si acaso escribo yo ahora mismo un post... vale, vale", respondía Vegas, siguiendo la broma, antes de preguntar a Lennon, situada fuera de cámaras, si "me quieres", para después lanzarle un beso. "Ale, venga, ya tenemos a los digitales escribiendo", apostaba por su parte Lago. "Es que claro luego igual dice: 'a mí tampoco me ponen silla'", zanjó Ónega.