REPORTAJE

'Yo fui un narco' y la verdad del narcotráfico: "Esto no tiene que ver con 'Fariña', es por Laureano Oubiña"

Por primera vez, los verdaderos protagonistas del narcotráfico se dan cita en un mismo documento que arroja algo de luz sobre los años de la generación perdida.

Por María P. Bonmatí El 14 de Noviembre 2018 | 09:42

A principios de los años 40, España todavía estaba devastada por la Guerra Civil. Por eso, muchos vieron una salida a esa pobreza en el estraperlo y el contrabando. Galicia era un sitio privilegiado para ello, ya que sus puertos eran perfectos para entrar y salir sin ser visto y, así, se fue fraguando poco a poco una red de contrabando que había encontrado la gallina de los huevos de oro, el tabaco caducado de Estados Unidos. Laurano Oubiña fue una de esas personas. Nacido en Cambados en 1946, con 10 años comenzó a trabajar en la tienda de ultramarinos de su familia. Sin embargo, los continuos maltratos de su padre provocaron que huyera de casa, encontrando refugio con su tío, con quien se inició en el contrabando de diésel y tabaco.

Así comienza la historia del narco quizás no más peligroso del país, pero si el más mediático, tal y como le describen todos los que le han conocido. Sus testimonios se recogen en 'Yo fui un narco', la última apuesta de DMAX, en colaboración con Unicorn Content, que siguiendo la estela de Yo fui' (Antes 'Yo fui un asesino') se decanta por seguir el rastro de uno de los fenómenos más destacados de nuestra historia moderna, el narcotráfico. No obstante, no puede haber título en primera persona sin su correspondiente testimonio y, como hecho inédito, la productora ha logrado conseguir el relato del propio Laureano Oubiña, que en un intento de sacar a la luz su verdad sobre su propia historia, relata con pelos y señales su vida como narco.

Laureano Oubiña

Conseguir al gallego no ha sido tarea fácil. La idea se fraguó hace un año, ya que Oubiña llevaba un año en libertad, después de haber ido de cárcel en cárcel durante más de 20 años. "Mi compañero Israel López ha hecho un trabajo impresionante para ganarse la confianza de Oubiña. Fueron horas y horas de conversaciones telefónicas hasta que lo logró. Fue muy difícil, es un tipo que no se fía prácticamente de nadie", relata la directora general de Unicorn Content, Xelo Montesinos. Visceral, controvertido, impulsivo, duro por fuera, blando por dentro... Así es como definen a Oubiña aquellos que le conocen. Este carácter le ha llevado a mostrarse desde lo más participativo en el reportaje a querer dejarlo en algún que otro momento. "Os puedo asegurar que ha habido momentos de crisis de continuar o no continuar y de tener que volver a retomar su confianza para retomar la narrativa de la historia", continúa Montesinos.

El lado malos de los que se dicen buenos

Finalmente, lo lograron y el resultado ha sido un crisol de revelaciones que van desde reflexiones sobre los años de la generación perdida, la actuación de las fuerzas y seguridad del Estado en el problema, el funcionamiento del narcotráfico en España hasta el cuestionamiento del papel de Oubiña en todo lo acontecido. "Oubiña no fue ni de lejos el peor de los narcotraficantes, pero fue percibido desde la sociedad como tal", relata Benito Leiro, periodista especializado en el narcotráfico en Galicia. Su testimonio casa a la perfección con la percepción que tiene el propio Oubiña de sí mismo. "He sido una cabeza de turco por mi carácter", sentencia en el documental. En él, el gallego se encarga de ir quitando peso a sus acciones, ¿cómo? Echándolo a las de los demás: "Sin la colaboración de las fuerzas de seguridad del Estado era imposible hacer nada", esgrime, dando entrever, mejor dicho, confirmando, que la impunidad de la que disfrutó durante muchos años estuvo pagada. También se habla de la famosa financiación de Alianza Popular por parte del narco, un rumor que ha circulado durante años y que ahora se confirma. No obstante, matiza que se hizo a partir de una sociedad legal.

"El narcotráfico es una especie de negocio, nadie quiere perderlo y hay muchos que quieren cogerlo". Así de claro se muestra el magistrado José Antonio Vázquez Taín al hablar de esta historia. De origen gallego, Taín fue apodado como "el Garzón gallego" y "El Robin Hood de Vilagarcía" por su trabajo contra el narcotráfico. Por su sala han pasado la mayoría de los narcos y, de hecho, en 2003 llegó a incautar el mayor alijo de cocaína del siglo. "Nos costó mucho hacer creer a la sociedad que el narcotráfico era una realidad y un problema", revela. "La sociedad lo que veía es que al final eran buenos chavales que lo que estaban haciendo era contrabando de tabaco. Cuando yo, en el año 99, encuentro un barco con 5500 kilos de cocaína, todavía había medios de comunicación que dudaban de si la droga venía de los narcos o de la policía".

Laureano Oubiña en el rodaje de 'Yo fui un narco'

Desde los años 70 a los 2000, el 70% de la droga que entraba en España lo hacía por barco, a través de las Rías Baixas. Actualmente, según el juez, sólo entra por barco un 30% y ya no sólo por Galicia. "Tengo la suerte de que llegué con un trabajo previo hecho y me dijo como teníamos que hacer ese trabajo", confiesa Taín, que hace referencia a la Operación Nécora, una de las primeras redadas contra el narcotráfico en Galicia, orquestada por el Juez Baltasar Garzón. Detrás de ella, se encontraban la confesión del "arrepentido", más conocido como Ricardo Portabales, el narco que dejó la vida delictiva atrás y se pasó del lado de la justicia. Gracias a sus confesiones, Oubiña y gran parte del clan de la droga se sentaron en los tribunales y, ahora, después de más de 20 años, ambos narcos se han visto las caras, en primicia, para este documental. "Conseguir a Portabales, el primer testigo protegido de la historia de España, ha sido un gran trabajo para nuestra investigación. Es un personaje que vive escondido, que aún tiene miedo", expresa la directora general de Unicorn Content.

Fieles a la realidad

Oubiña, Portabales... Testimonios que dan cuenta de un admirable trabajo periodístico que ha intentado reunir todas las caras de la verdad. "Yo, que soy juez y les he escuchado en vivo y en directo a todos ellos, hay cosas que puedo echar en falta en este documental", desvela Taín, aunque matiza: "En realidad, nadie tiene la verdad. Lo importante es que la pieza que se aporte sea real y sincera. Esto es una pieza que enseña unas caras, que son reales, pero faltan muchas otras. Por qué no habla Laureano de cuando se murió su hermano mayor. Por qué no habla de sus cuatro hermanos... Porque hay cosas en la vida que es mejor no recordar".

Otra de las etapas de las que prefiere no hablar es de su estancia en prisión. FormulaTV ha tenido acceso al testimonio de los funcionarios de prisiones que tuvieron que trabajar con Oubiña. De él, dicen que siempre mantuvo un trato distante, tanto con funcionarios, como con internos y, si lo tuvieran que definir con una palabra, al igual que han hecho otros de los expertos, ellos escogerían "huraño". Después de más de 20 años de convivencia, cómo para no conocerle bien. Taín es otro de los pocos privilegiados que ha podido tener acceso a varias de las caras de este poliedro. Por eso, después de ver el documental y todo lo que cuenta Laureano, él puede responder a una pregunta:

-¿Es Laureano Oubiña consciente de todo el daño que ha hecho?

-No, no lo es. Él sigue empeñado en decir que es una víctima de todo lo que sucedió y que no ha matado a nadie.

Ricardo Portabales y Laureano Oubiña, cara a cara