A de Amarcord

Eva ha aceptado, a regañadientes, a ayudar a su hijo Alberto a realizar un reportaje en el periódico en el que trabaja. Pero la mujer tiene muchas dudas, sobre todo por la enemistad que tiene con el diario, y por sus reparos éticos en ofrecer la intimidad de sus vivencias y las de su familia a la curiosidad pública.

Alberto consigue reunir a todos sus hermanos para la fotografía de la familia que ilustrará el reportaje. Esta circunstancia, que no se da a menudeo, permite que lo aproveche para celebrar una fiesta sorpresa al cumplirse el décimo aniversario de la publicación de la primera novela de Eva.

Como en toda reunión familiar que se precie, y en este caso no puede ser menos, los incidentes salen de forma espontánea y estos se centran en esta ocasión en el fotógrafo y su ambigua relación con Ernesto. Esta relación provocará más de un equívoco y hace surgir los celos entre las gemelas.

Asimismo, Alex visita a sus hijos y coincide con Cristina en la masía, lo cual provoca un acercamiento frustrado entre ambos, que tratan por todos los medios de disimular delante de sus hijos.

Pero sobretodo ante Aurora, que está muy enamorada de Molins y le ha invitado junto con sus padres a la casa.

Eva acaba desautorizando el reportaje, pero se siente conmovida por la celebración de sus hijos y nietos. Esta celebración tiene como culminación la contemplación de una lluvia de estrella y la presentación del nuevo miembro de la familia: Ariadna.