Sinopsis
Una semana después de obtener la condicional Aída se enfrenta por primera vez a la cruda realidad: sus graves dificultades para encontrar trabajo. Mientras Luisma se encuentra de vacaciones en Orlando, disfrutando de un viaje para visitar el museo de Bob Esponja que ha recibido como premio tras degustar un Phoskito, Lorena protagonizará un encuentro casual con Martín, su amor platónico de la infancia.
Durante su encuentro, Martín le explica a Lorena que se dedica a impartir clases particulares de preparación al parto. La joven, atónita, toma nota de su teléfono y le llama a continuación para apuntarse a sus clases sin ser consciente del tema que allí se va a tratar. Sin embargo, nada le impedirá reencontrarse con su amor de juventud: simulará que está embarazada y le pedirá a Macu que ejerza como acompañante.
Mientras tanto, Aída, apesadumbrada después de recibir una nueva negativa tras su entrevista de trabajo en una tintorería -donde se han enterado de su mote carcelario, La Planchas-, se da cuenta de que le han tocado 30.000 euros en la lotería. A partir de ese instante, toda la familia comienza a planear en qué caprichos van a invertir tal cantidad. En cambio, la matriarca de los García decidirá emplear el premio en montar una empresa de limpieza. La asistenta se pondrá manos a la obra: aunque encontrará rápidamente un local en magníficas condiciones, pronto se dará cuenta de que está repleto de okupas.
Con el objetivo de hacerse con las firmas de todos los vecinos para iniciar una obra en el bar, Mauricio les hace creer que ha hecho un curso de grafología. Una vez iniciadas las obras, la zanja que abre el propietario del Reinols pone de los nervios a todos menos a Aídita, a quien Fidel convence para que estrene su juego de arqueología. En cambio, la niña olvida la vasija del juego en la zanja y Mauricio la rescata pensando que es una antigüedad de la que puede extraer un gran beneficio económico. Jonathan y Chema no perderán la oportunidad de vengarse del hostelero.