Capítulo 2

Bruno es amenazado cuando se dispone a denunciar la violación: Alba y él deben volver a Madrid, o su familia sufrirá las consecuencias. Bruno decide callar mientras la teniente Giner, que lleva el caso de Alba, anuncia que fue una violación múltiple. Mientras tanto, los cuatro chicos que se sobrepasaron con Alba en el bar y que son los principales sospechosos, sufren un extraño accidente. El hermano de Alba se encuentra mejor tras su infarto y Tirso ha limpiado las pintadas del bar familiar… Con el fin de calmar las aguas, Alba y Bruno deciden volverse a Madrid. Tras pasar tres meses en la cuidad en los que Alba intenta olvidar y Bruno sufre su secreto en silencio, la policía le pide que vuelva para identificar los cuatro cuerpos encontrados, pero Alba no los reconoce. El pueblo no ha cambiado mucho, tan solo su cuñada Miriam ha montado un restaurante de lujo con el dinero que le dieron los Entrerríos a cambio de una prueba fehaciente contra ellos. Alba se ve superada por la noticia de que las pruebas de ADN han desaparecido. Y no es la única, ya que Bruno sufre nuevas amenazas y Hugo, comido por la culpa, le manda a Alba el vídeo de la violación en el que aparece Bruno. Bruno recibe amenazas de muerte para evitar que hable. Toño se recupera en el hospital del ataque sufrido y Alba se impacta al escuchar que fueron cuatro los tipos que la agredieron tras analizar las muestras seminales de su exploración. La temiente Giner le avanza sus sospechas sobre cuatro jóvenes que la molestaron la noche de la agresión. En el funeral de Víctor Entrerríos se notifica que Mercedes, su nuera, ha heredado su confianza. El abogado de la familia, le entrega la clave de la caja fuerte y descubre un filón en los archivos heredados de su suegro. Bruno, disuadido por las amenazas, convence a Alba de regresar a Madrid donde, a duras penas, intentan retomar su vida, pero, poco después, les informan que los cuatro sospechosos han aparecido muertos y Alba debe regresar a reconocerlos. La familia celebra el regreso de la pareja en el restaurante de lujo que ha abierto Miriam. Está valorando cerrar el bar, hasta que Alba, su cuñada, le recuerda que ese negocio es de su familia y no puede hacerlo. La tensión entre ellas se deja notar, mientras Bruno, aguanta en silencio, las amenazas de muerte que sigue recibiendo. Mercedes, la madre de Rubén, mide sus fuerzas con Eloy, el abogado de la familia, pero descubre que no debe subestimarlo; sabe demasiado. Aconseja a su hijo, centrarse en Sandra, su prometida y asistir a las reuniones a las que nunca falta su primo Jacobo y, por último, ejerce su poder utilizando los archivos que le legó su suegro. Hugo Roig, el amigo militar, es incapaz de pasar página. Jacobo cree que hay que vigilarlo, pero su primo Rubén opina que es Bruno, el que tiene más peligro. Alba sale muy afectada de reconocer los cadáveres, sobre todo porque ni siquiera encuentra el tatuaje que recuerda de uno de ellos. Para colmo, la teniente Giner les informa que han desparecido las muestras seminales que analizaron y no pueden cotejarlas con las de los sospechosos. Alba se marcha furiosa, incapaz de asimilar tanta frustración. Decide seguir el consejo de su amiga Bego e intentar pasar página. Animada y fortalecida, consigue romper la distancia que tenía con Bruno y hacer el amor por primera vez desde la agresión, pero recibe un video que lo cambiará todo.