Sinopsis
La residente del Seattle Grace revive uno de los capítulos más tristes de su pasado. Por otra parte, Webber, en su afán de recobrar la reputación del centro, continuará retando a los médicos del hospital con complejos casos clínicos.
El jefe de cirugía del Seattle Grace tiene un nuevo reto entre manos. Esta vez quiere que uno de los residentes de segundo año realice una operación en solitario. Esto supondrá una verdadera competición entre los residentes. Sin embargo, Webber se inclinará por Hunt, ya que lleva menos tiempo y supuestamente será el que pueda tomar la decisión más objetiva.
Bailey, por su parte, intentará mantener el orden y organiza el trabajo de cada uno. Alex y George tendrán que atender a un nuevo simulador de paciente informatizado de última generación. Christina trabajará con el doctor Hunt. Y Meredith e Izzie trabajarán con un paciente especial para la doctora Erika Hanh, es un hombre al que ha tratado en varias ocasiones en su anterior hospital Seattle Presbiterian y que lleva tiempo esperando un transplante de corazón.
Al ver la historia del paciente, Izzie se da cuenta de que este hombre debía haber recibido el corazón que ella robó para Denny. Y cuando Hanh descubre esta conexión entre Izzie y su paciente, intentará convencer al jefe para reabrir el caso. Convencida de que sin la actuación de Izzie, su paciente no estaría actualmente en este estado crítico, Erica está dispuesta a que un tribunal ético evalúe al respecto a Stevens y a Bailey como responsable en el asunto. Independientemente de las consecuencias, para Izzie será traumático enfrentarse de nuevo a todo lo que pasó.
Por otro lado, Derek siente que Christina se interpone demasiado entre Meredith y él. Por eso pide consejo a Bailey y ayuda a Sloan para cambiar la situación.