La décima temporada de 'Anatomía de Grey' tiene su punto de partida tras la terrible tormenta que asoló el Grey Sloan Memorial. Richard Webber acabó inconsciente en el suelo tras pisar un charco y ser electrocutado, pero, finalmente, sus compañeros pudieron salvarlo. Quien no corrió la misma suerte por Heather Brooks, quien también es electrocutada, pero no lograron hacer nada por reanimarla. Con este trágico inicio, comienza una temporada que supone uno de los mayores revés para Meredith.
Cristina Yang se encuentra trabajando junto a su residente, el doctor Ross, en unos conductos para el corazón. Debido al avance médico que supone, se presenta a los Harper Avery con la intención de hacerse con el prestigioso galardón. Sin embargo, debido a que la fundación es la propietaria del hospital, termina quedándose sin él. Esto, sumado a una necesidad de crecer, motivará la decisión de Cristina de marcharse a Suiza para hacerse cargo del hospital en el que trabaja Preston Burke. De este modo, Meredith perderá a "su persona", su mayor amiga y quien ha estado con ella en todo momento.
Sin embargo, el proyecto de Cristina no es el único que se lleva a cabo en ese hospital, puesto que Meredith se encuentra trabajando en uno que ha heredado de su madre, así como Derek y Callie, quienes han sido contratados por la Casa Blanca para lanzar un ensayo de mapeo cerebral. En cuanto a las relaciones, la doctora Grey se encuentra en un punto en el que tiene que buscar la balanza entre ser una buena cirujana, buena esposa y buena madre, decidiendo si quiere anteponer alguna de sus facetas. En cuanto a Alex, su relación con Jo supondrá su mayor apoyo cuando dé con su padre, quien finalmente acaba muriendo. Mientras tanto, Jackson y April siguen sin decidirse, pero ella conoce a un paramédico con el que inicia una relación y se sube al altar. Pero Avery no quiere dejar escaparla y acaba interrumpiendo la boda y fugándose con ella.