Con Baz fuera del juego tras ser disparado y Smurf todavía entre rejas, el clan de los Cody se ha quedado sin un líder. Pero la matriarca de la familia lo tiene muy claro. Incluso desde prisión, Smurf todavía se las arregla para controlar y manipular a su familia y esta vez se va a servir del cachorro más voluble de la manada: el liderazgo debe recaer en J. Sin embargo, la estabilidad de los Cody se tambalea y la percepción en la ciudad es que empiezan a ser vulnerables. Lo que ninguno se espera, y mucho menos Smurf, es la repentina llegada de Billy (Denis Leary), el padre de Deran. Mientras Smurf trata de evitar que se desate el caos en su familia, la presencia de Billy genera aún más desconfianza entre sus hermanos a medida que se intenta ganar a su hijo. Lo que se presentaba como la solución a sus problemas podría convertirse en su peor error.