Eva, una nueva chica de la posada (Cristina Urgel) revoluciona a los hombres de Arazana

18 meses después, varias cosas han cambiado en el microcosmos de Arazana, tales como el poder que tiene un usurero de Villareja sobre muchos vecinos de la comarca, como Pepe, que está muy apurado por no poder devolver un préstamo.

Jimena, por su parte, se ha colocado en solitario al frente del negocio vinícola de Sara Reeves pero los números no salen, sobre todo porque está siendo engañada por el capataz, Ferrero, que vive obsesionado con una de las chicas nuevas de la posada, la bella y enigmática Eva, papel interpretado por Cristina Urgel.

Eva es una mujer sin escrúpulos. Bella, inteligente, ambiciosa y falsa. Natural de Sevilla era hija de trabajadores humildes. Su padre murió pronto y quedó a solas con su madre y sus muchos hermanos, pasando penurias. Por eso ella siempre envidió a las señoritas de la alta sociedad hispalense. En sus sueños se veía viviendo y vistiendo como una de ellas. Ya de adolescente, Eva era una chica bella y deseada por muchos. Entre ellos un rico comerciante que la embaucó prometiendo hacerla su esposa y luego la abandonó.

El Chato vive en la montaña, con una nueva identidad de pastor y mantiene encuentros clandestinos con su amada Lupe, con un soñado viaje a América en el horizonte.

Olmedo, que salió indemne de la intentona golpista de la señora Velasco, ha retomado sus negocios de contrabando, para fastidio de Morales, que se siente terriblemente desamparado en el cuartel. Morales, además, tendrá que lidiar con un nuevo problema y es que la excéntrica Emilia Ribadesella solicita sus servicios para hacerle un favor muy personal.

El Padre Damián está cansado de ver cómo Adela y Marcial viven en pecado y les pone un ultimátum para que contraigan de una vez santo matrimonio.