Sinopsis
Lucia de Avellaneda recibe una carta de su madre en su lecho de muerte mientras esta celebra su fiesta de compromiso con Rodrigo de Guzmán, Marqués de Peñarrosa. Su hermano Munio, Conde de Vellaví, su única familia, disfruta de este acuerdo que le permitirá mantener su patrimonio a salvo. Munio impide a Lucía que vaya a visitar a su madre Lucrecia, pero su hermana logra llegar hasta el beguinato donde reside. Pero desgraciadamente, cuando Lucía logra entrar, su madre, la Gran Dama del beguinato acaba de morir. Munio intenta hacerla regresar, pero su hermana consigue calmarlo y le pide esperar a que terminen los funerales. Lucía siente mucho recelo por las Beguinas a las que culpa de la locura de su madre, pero allí, nadie lo comparte, su madre era La Gran Dama del beguinato, no una loca. Telmo, panadero y proveedor de mercancías del beguinato, trata de que entienda la importante labor de estas mujeres, pero Lucía rechaza sus argumentaciones. En los funerales, Guiomar, dedicada a cuidar de los enfermos en el beguinato, confiesa a Marie Anne, intima de Lucrecia, que La Gran Dama ha muerto envenenada. Lucía recuerda, junto al cadáver de su madre, que jugó con Munio por esos jardines, pero su hermano lo niega y se muestra tan violento que acaba expulsado del funeral. Lucía encuentra, en la celda de su madre, una carta dirigida a ella, donde le pide que descubra toda la verdad sobre su vida y le deja el sello del linaje de su madre, Leonor Labrit, fundadora del beguinato de Valladolid.