Sinopsis
Lucía decide quedarse en el beguinato. Desconfía de sus moradoras, pero necesita respuestas sobre su madre. Sibila, una de las beguinas más influyentes, no se lo pondrá fácil; le preocupa que la recién llegada acabe por perjudicarlas y no anda descaminada; Munio conspira contra ellas. La hija de Lucrecia ayuda a Guiomar en el hospital y sus iniciativas con Francisca, una parturienta maltratada, le hacen ganarse el respeto de las demás, al mismo tiempo que Lucía repara, en la dedicación de estas mujeres a los más desfavorecidos. Telmo se muestra amable y conciliador, pero Lucía no puede evitar sentir cierto nerviosismo a su lado. En el beguinato deben elegir una sucesora y Sibila se postula con firmeza. Cree que Lucrecia descuidó la seguridad del centro y conspira con el Padre Lasarte para garantizar su permanencia, pero como orden religiosa, aunque eso suponga perder su status de independencia. Marie Anne, también se presenta, pero con una línea continuista, fiel al espíritu de Lucrecia. Guiomar informa a Marie Anne de que Lucrecia fue envenenada, pero deciden ocultarlo para investigar y evitar que influya en las votaciones. Sibila lo descubre e intenta descalificar a su rival. Lucía queda impactada con la noticia y su desconfianza hacia el beguinato le lleva a pensar en denunciarlas, pero repasa lo vivido y decide apoyar a Marie Anne, contagiando con su apoyo al resto de las residentes. Marie Anne descubre que Lucrecia ocultó secretos y viajes que ninguna conocía y decide entregar a Lucía los libros que escribió su madre para que pueda conocerla mejor. Las dos están firmemente decididas a averiguar quién la mató. Munio Avellaneda se frustra al saber que Sibila, la beguina que conspira con el Padre Lasarte, no ha ganado el puesto de Gran Dama, pero a Jimena, su mujer, se le ocurre infiltrar a Catalina, la fiel criada, en el beguinato. Rodrigo, el prometido de Lucía, lanza una advertencia a su futuro cuñado que puede provocar la ruina de la familia Avellaneda.