La mujer en el túnel

Brennan es el blanco de un asesino durante la investigación del crimen del jefe de la mafia y una joven estudiante universitaria, aparentemente sin relación entre si. Brennan arregla una cita con un hombre a través de un sitio de Internet. Goodman la informa de un caso que tiene prioridad absoluta. Acaba de aparecer en la Bahía de Chesapeake un cuerpo acribillado a balazos.

El FBI cree que es el cuerpo de James Cugini, jefe de la mafia desaparecido hace seis años. Enseguida llega Booth acompañado por el Agente Especial Jamie Kenton, uno de los investigadores originales del caso Cugini. Booth además informa al grupo sobre otro cuerpo recientemente encontrado en un depósito abandonado. Los restos de esqueleto aparecieron atados a una cama, con el 90% de la carne mutilada o comida por animales. Booth encuentra este caso particularmente inquietante, ya que la técnica utilizada por el asesino coincide con la que se utilizó en el asesinato no resuelto de una chica de diecisiete años. Kevin Hollings, el principal sospechoso, jamás fue sentenciado por falta de pruebas. Más tarde ese mismo día - mientras Brennan camina hacia el restaurante donde va a encontrarse con su cita – un hombre armado le dispara varias veces, casi rozándola. Brennan regresa a la oficina visiblemente asustada pero decidida a finalizar su tarea. Cree que el francotirador tiene relación con la investigación de uno de los cuerpos. Booth promete darle máxima protección hasta que atrapen al francotirador. Angela identifica a la víctima del depósito como Penny Hamilton, estudiante universitaria. Brennan continúa trabajando en el caso Cugini, para definir el patrón de la bala que quedó en los huesos.

Zack evalúa las marcas de cuchillo en los huesos de Hamilton. Todas coinciden con una hoja no dentada como la de los cuchillos de bolsillo con una muesca en el filo. En la oficina de Booth, Kenton repasa su trabajo encubierto sobre los Romano, una familia del crimen que estuvo en disputa con los Cugini. Sugiere que Brennan abandone el caso pero ella no acepta. Brennan recibe un llamado de Hodgins con noticias de pruebas que pueden vincular a Hollings con el asesinato de Hamilton. Brennan y Booth interrogan a Hollings en su departamento… y ven un cuchillo de bolsillo sobre la mesa, pero el filo no tiene ninguna muesca. Continúan con el interrogatorio y confiscan unas cuantas cosas antes de irse. Más tarde, Booth encierra a Brennan en su departamento. Booth intenta sentirse como en su casa y busca un trago en la heladera. En el momento en que abre la puerta, la heladera explota. Brennan lo lleva de urgencia al hospital y se queda a su lado. Observa las placas de rayos x y distingue rastros de varios golpes como así también de fracturas múltiples en las plantas del pie. Las fracturas condicen con repetidos golpes de manguera o caños, una forma de tortura muy común en Medio Oriente.

Brennan recibe un llamado de Zack que le informa que descubrieron que algunas de las heridas de Hamilton coinciden con una llave que secuestraron del departamento de Hollings. Kenton y otros agentes del FBI entran a la fuerza al departamento de Hollings y lo encuentran vacío… excepto por un mapa doblado que muestra la misma parte de la ciudad donde apareció la víctima anterior. Hodgins visita a Booth en el hospital y lo actualiza sobre el caso. Booth tiene dudas sobre Hollings, ya que es demasiada coincidencia y además no se ajusta al patrón anterior. Entonces Booth se da cuenta de que Kenton puede ser el hombre que está detrás de todo el asunto. Kenton trabajaba en el crimen organizado cuando Cugini fue asesinado y era el único que conocía los detalles de ambas investigaciones. Booth consigue información del FBI que lo guía directamente hacia un edificio. Junto a Hodgins llegan a la conclusión de que Hollings ya está muerto, como parte de la coartada de Kenton. Kenton y Brennan están en el auto de Kenton buscando a Hollings.

Ella hace un comentario sobre cómo recrear el patrón de la bala encontrada en el tiroteo de Cugini y que podría compararla con todas las balas que tiene el FBI. Kenton, que sabe que toda esa información finalmente lo delatará, saca su arma y la apunta. La ata de pies y saca un cuchillo, hace una muesca en el filo para que se asemeje a las heridas de las otras víctimas. Antes de que pueda cumplir sus deseos, Booth y el resto del equipo rompen la puerta. Kenton cae al piso luego de recibir un disparo de Booth. En el hospital, Brennan consuela a Booth antes de partir hacia su cita reprogramada. Pero finalmente decide cancelarla y quedarse a su lado.