Sinopsis
En el bar cercano al colegio, La Escapada, ofrecen una consumición de cerveza por cada suspenso que presenten los chicos. El local ya no lo lleva el padre de César. La propuesta tiene un enorme éxito entre los chicos, que organizan una fiesta que termina en el desguace. Las únicas que no han bebido han sido Arancha y Valle. Sara, ebria, se sube a una grúa y deja caer sin querer un coche sobre Quimi, en el que están metidos Eloy y César, también borrachos. Quimi queda atrapado entre dos coches. Arancha rescata a César, que se le ha salido el hombro. Quimi está inconsciente y Eloy tiene un esguince en el tobillo. Consiguen escapar antes de que se produzca una gran explosión. Luismi, en estado de shock, ha grabado todo. Quimi asume todas las culpas. Los profesores les reprenden y explican que el alcohol no es imprescindible para pasarlo bien. Sin embargo, la madre de Sara quiere denunciar a Quimi. Éste es intervenido de urgencia de un coágulo en el cerebro ocasionado por el golpe en la cabeza. Estas circunstancias evitan que Valle deje a Quimi. Además, la madre de Quimi le dice que su hijo tiene mucha suerte por tenerla como novia.
Por otro lado, César está decidido a declararse a Arancha, aunque hay una chica, Marta, que anda detrás de él. Después del accidente, se sincera con Arancha, pero ella tiene miedo a perderle como amigo. César decide darla un tiempo, pero la chica no está segura. Por eso, animado por Luismi, acaba aceptando una cita con Marta, lo que provoca los celos de Arancha.
Los compañeros deciden dar una lección a Rocío para que deje de ser tan supersticiosa. Para ello le hacen llegar una "carta-cadena" que le pone muy nerviosa. Cree que gracias a que ha respondido, a su hija Valle no le ha pasado nada en el desguace. Pero también piensa que la desgracia se va a cebar sobre los que le mandaron la carta sin creer en ella. Félix y Marisa le confiesan que fueron ellos quienes le escribieron la carta, y Rocío entiende que los últimos sucesos tienen una explicación racional.
En el colegio, Alfredo y Gustavo preparan unas jornadas sobre reciclaje para aleccionar a niños y a padres. Al principio, el padre de Lolo es reticente a participar, pero después se empeñará en obtener la bicicleta del premio para su hijo, y hace alguna trampa. Bego también interviene con su padre, que tampoco parece poner mucho interés. Decepcionada al perder, la niña se alegra cuando Lolo comparta el premio con ella, movido por la desilusión de Bego y la falta de seriedad de su padre.