Sinopsis
Todos se preocupan por el estado de Isabel, que sigue en coma en el hospital. Eloy es el único que no quiere ir a visitarla con la excusa de que viene su padre y esto le enfrenta a sus amigos. Marisa no está muy segura de que la presencia de su ex marido sea beneficiosa, pero no puede dejarle al margen de los problemas de su hijo. Eloy se sincera con su padre y le cuente que se siente totalmente incomprendido por Marisa. Le pide volver a vivir con él, pero su padre le explica que es imposible. Eloy, desilusionado, acude por fin a ver a Isabel al hospital. Como cree que no le escucha, le cuenta todos sus malos rollos y tras llorar, se marcha. En ese momento, Isabel abre los ojos. Félix le echa un capote a Marisa con una metáfora que hace en clase sobre la relación de una madre y un hijo. Eloy comprende el mensaje y se reconcilia con su madre.
Bego y Arancha tienen problemas para compartir habitación. La discusión pasa a mayores y Alfredo y Ana toman partido por cada uno. Bego dormirá con su padre y Arancha con su sobrino y su hermana. La reconciliación de la pareja se complica cuando afloran otros temas, como los celos de Ana por Nuria y la falta de sinceridad de Alfredo. Arancha y Bego hacen las paces antes de que vaya a mayores. Alfredo y Ana no tienen más remedio que hacerlas también.
El bar de la pandilla va a abrir por la noche y Valle, junto con Arancha, ayudan a Luis a servir copas. Pero los dueños de un bar cercano no están dispuestos a perder clientela y tratan de arruinar el negocio. Por otra parte, Miriam corta el pelo a Quimi pues, según ella, debe cambiar de imagen. Para compensar su actitud, la joven le invita a un viaje a Nueva York. César le hace ver a Quimi que ha cambiado demasiado y que Miriam no es como parece. Por su parte, Miriam le recrimina que asista a la fiesta del bar la noche antes de partir a Estados Unidos. Aún así, Quimi acude. Los dueños del bar de enfrente agreden a Valle y Arancha en el almacén y luego destrozan todo. Luis, César, Quimi y los demás se enzarzan en una pelea. Quimi se da cuenta que es hora de irse. Miriam le espera hasta el último momento en el aeropuerto y como no aparece, se va sola.
Mientras Alfredo ensaya un experimento en el laboratorio, Rocío tira sin querer un montón de frascos, tubitos, etc. Alfredo se mancha las manos limpiando el desastre. De repente, Alfredo no puede separar las manos, las tiene pegadas con un pegamento especial. Acaba en el hospital donde le someten a una cura y le vendan las manos. Rocío, que se siente culpable, se ofrece para ayudarle mientras no pueda valerse por sí mismo. Alfredo se aprovecha de ella como venganza.