Sinopsis
El invierno ha llegado al Azcona, y con él, el frío. Pero si a esto se le añade una calefacción rota, el frío llega al extremo de la congelación. El que más o el que menos, tiene que asistir a clases con abrigo, guantes, bufanda, etc. Tapados hasta las orejas. Duna que no soporta las injusticias de este calibre y no puede esperar a que vengan a arreglar la dichosa caldera, propone a sus compañeros hacer algo para remediarlo. Como salir al patio y coger un bidón de la calle, meterle basura y prenderle fuego para hacer una fogata. Pero esto no les da resultado, ya que Tere y Marisa les pillan. La explicación que les da Tere sobre por qué no puede encenderse la caldera, convence a todos. El quemador de la caldera falla, y si lo encienden, podría haber peligro de intoxicación. Sin embargo, hay una persona que no se va a quedar de brazos cruzados esperando a que llegue la dichosa pieza de la caldera.
Al mismo tiempo, Marisa prepara unas dinámicas sobre Inteligencia Emocional. Cada uno de los alumnos dirá lo bueno y lo malo de un compañero suyo. Todos se lo toman como un juego. Sin embargo, Duna se lo toma como un ataque personal contra su persona. Sus amigos están cansados de que siempre les esté metiendo en movidas.
Parece ser que Alfredo ha recordado algo importante sobre la paliza. Él estaba en lo cierto. El agresor le conocía, le tiró los exámenes. El tipo sabía que él era profesor. Por ello, quiere reabrir personalmente la investigación. Está convencido de que la paliza se la dio un alumno. Javier cree que está demasiado obsesionado, incluso, le da a entender que es posible que se inventara lo de la paliza. Este comentario crispa los nervios de Alfredo y en un arrebato le da un puñetazo. Alfredo se ha metido en un buen lío.
Lolo está encantado con los padres de Desiré. Le llevan a esquiar, a montar a caballo, y a comer. Rocío cree que deberían agradecérselo de algún modo y quiere invitarlos a cenar. Pero a Lolo le da vergüenza que comparen su caserón con su pequeña casa. Lo mejor será invitarles a un restaurante. Por sugerencia de la madre de Desiré van a "El Bogavante", uno de los restaurantes más caros de la ciudad. Rocío no tiene más remedio que aceptar, a pesar de que a Luis no le haga ni pizca de gracia eso de pagar una pasta por una cena, y menos todavía, ir con traje y corbata.
Luismi harto de sus padres, prefiere pagar un alquiler y vivir en la buhardilla de Jose, aunque tenga que soportar al cara dura de Javier. La relación entre Luismi y Sara no puede ir mejor. Sara ha reservado la suite de un hotel para pasar la noche juntos. Pero lo que parecía ser la noche más especial para la pareja de tortolitos termina como el rosario del aurora.