Me rompí en pedazos

Duna está muy hundida con todo lo que la ha pasado, a pesar de no estar saliendo con Martín siente que le debe algo y le pide a Guillermo que le publique los dibujos. En clase de Marisa, Duna lee un cuento que ha escrito, es autobiográfico y en él Martín se ve reflejado, se da cuenta de que ha actuado mal y pide perdón a Duna aunque para ella toda reconciliación es imposible. Al margen de su relación deciden ir al parque de la Warner con sus amigos (han sido invitados por Max).

Cristina va tocando fondo en el mundo de las drogas. Es invitada por el Pinzas a una fiesta exclusiva. En la fiesta el Pinzas la introduce en un círculo de drogas, sexo y alcohol que ha Cristina se le escapa de las manos. Félix y Marisa desesperados piden ayuda a Martín para encontrarla. A partir de aquí se sucederán momentos tensos de búsqueda, persecuciones, golpes...

Bego y Nadia deciden adentrarse en el mundo del espiritismo. Creen que con una güija serán capaces de averiguar las preguntas del examen. Alfredo escéptico en lo que al tema se refiere se ríe de ellas y bromea. Lucía también quiere participar con las bromas solo que llega un momento en el que ya no saben si es mentira o no todo lo que está sucediendo, más de uno se llevará un buen susto.

Javier atraviesa una mala racha. Se ha forjado una mala reputación en el colegio. Tiene problemas en casa y para colmo lo ha dejado con Jose, aunque quiera hay situaciones que no se pueden disimular. A su vez, Jose está cansada de dar vueltas como una peonza y decide que ha llegado el momento de vivir sola, no quiere hombres a su alrededor, le comunica a Luismi que va a comprar la casa y tiene que marcharse. Javier y Luismi tienen las mismas razones para emborracharse pero en un momento de euforia Luismi le cuenta a Javier que se ha acostado con Jose y terminan a tortas.