Sinopsis
Mónica le advierte de que no debe coger nunca el teléfono porque si sus padres, extremadamente religiosos, se enteran de que vive con su novio la matan.
Por culpa de Manolo y Félix, los padres sospechan y deciden ir a visitar a Mónica para ver qué pasa. Mónica, temerosa de su reacción, obliga a Carlos a abandonar el piso. Sólo podrá volver para comer con sus padres dos días después como novio formal, que por su puesto no vive allí.
Para causar una buena impresión, Carlos se preparará durante dos días. Estudiará religión todo lo posible, contando con la ayuda del padre Veridiano, pero su incapacidad de aprender lo suficiente le hará idear un descabellado plan para salir victorioso de la comida con los suegros.
Manolo y Félix comienzan a compartir piso. Los padres de Félix le han echado de casa y Manolo se siente sólo, así que deciden unir sus desgracias. Félix resulta ser muy apañadito y deja toda la casa como una patena. Carmen, que continua yendo a limpiar a escondidas cuando no está Manolo, se encuentra la casa impoluta. Cuando descubre que Manolo vive con Félix, le reta. Quiere comprobar si es digno de ocupar su lugar. Félix demostrará estar a la altura. Manolo, está convencido de que Carmen, picada, volverá con él, pero va a llevarse una sorpresa.
Laura y sus novios continúan viviendo en casa. Cristina no sabe como quitárselos de encima. Les busca pisos, pero ellos no parecen dispuestos a marcharse. Y eso que Malena la ayuda, ya que su permanente acoso al trío a fin de convertirse en una de ellos, hace que los chicos se sientan agobiados.
Por otra parte, Cristina está avergonzada por lo ocurrido con Manolo y por lo que Eduardo estará pensando de ella. En un encuentro fortuito consigue aclararle las cosas. Sin embargo, una conversación entre Eduardo y Carmen, hará no sólo que Eduardo vuelva a pensar mal de Cristina, sino que además Carmen se entere a través de él de que Cristina ha vuelto a acostarse con Manolo, lo cual la reafirmará aún más en la decisión que ha tomado después de retarse con Félix.