Sinopsis
Una azafata de vuelo aparece muerta con indicios de violación en su habitación de hotel. Cuando el equipo llega a la escena del crimen para recoger las pruebas, se encuentran con que la habitación ya ha sido limpiada y esterilizada.
Ecklie conecta este caso con otro ocurrido en 1999, en el que otra asistente de vuelo fue apuñalada hasta morir. En este caso, las ropas y el maletín de la víctima también desaparecieron y la habitación había sido igualmente desinfectada. Sus sospechas se confirman cuando los técnicos del laboratorio descubren que el semen encontrado en ambas casos coinciden.
Mientras tanto, Catherine y Nick investigan el asesinato de un niño de 12 años, que ha aparecido muerto en su cama. En la casa donde vivía el chico junto a sus padres y su hermano mayor no hay signos de violencia. Fuera de la vivienda, Nick toma una huella y encuentra un pequeño grafitti en la ventana del niño que dice: “Mocoso”. Dentro de la casa, Catherine encuentra unas sábanas manchadas de sangre. Obviamente, el asesino sabía cómo entrar en la casa sin despertar al resto de la familia.
La policía interroga a los padres, pero todo parece indicar que no tuvieron nada que ver en el asesinato. Poco después, encuentran huellas y trozos de cabello de Matt, el hermano de la víctima, en el vano de la ventana. Matt se confiesa autor del crimen, pero Nick no le cree. A partir de ese momento, los esfuerzos del agente se centran en convencer a la policía para encontrar al verdadero asesino y evitar que un adolescente de 14 años pase por el trance de un arresto.