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La detective Sofía Curtis acude a un lujoso edificio de apartamentos, donde encuentra en el exterior de una de las viviendas a Christina Hollis, una joven violada que apenas puede facilitar detalles sobre la reciente agresión. Cuando Catherine y Grissom llegan al lugar, se percatan de que el caso ha despertado el interés de un programa de televisión. Los forenses descubren en el interior del piso numerosas muestras de fluidos en la cama de la víctima y que la puerta de entrada no ha sido forzada.

Posteriormente, una enfermera confirma a los investigadores que Christina fue violada pocas horas antes. El hallazgo de unas velas y un ramo de flores en un cubo lleva al C.S.I. a sospechar que una de las citas de la joven pudo haber acabado mal. Grissom, por su parte, descubre unas fibras amarillas reflectantes cerca de la cama y una mancha de laca de uñas roja en el suelo.

Mientras tanto Archie y Catherine visionan la cinta de las cámaras de seguridad del edificio y observan en el video a un individuo que sube a la segunda planta con un ramo de flores y que utiliza una llave para entrar en el piso de Hollis. Nuevas evidencias dirigen la atención de los forenses hacia Dwight Reynolds, un hombre que declara que acudió al apartamento de Christina la noche de la agresión y que dejó las flores fuera, ya que escuchó música y creyó que la joven estaba con otro.

Poco después, Catherine informa a Grissom que el resultado de los análisis de la víctima revela restos de Lorazepam -un fuerte sedante que causa amnesia- en sangre y Hodges asegura que las fibras amarillas corresponden al uniforme de un bombero.