Hecho para matar (II)

Catherine regresa al motel al que la llevaron la noche anterior tras ser drogada para interrogar al recepcionista. El empleado, que no la recuerda, afirma que la habitación fue pagada con la tarjeta de crédito de la forense. De vuelta al laboratorio, Catherine descubre que la muestra del test de su violación no presenta restos de semen y entrega a Hodges el tampón y las muestras de orina para que verifique si hay restos de espermicida.

Poco después, Catherine y su hija Lindsey se ven involucradas en un accidente automovilístico, cuando un coche choca contra su vehículo. En cuestión de segundos, un desconocido captura a Lindsey y se la lleva consigo. Nick acude al lugar, donde recoge una huella del cinturón de seguridad de la niña. Sam, el padre de Catherine, muestra a su hija una foto de Lindsey atada a una silla y le asegura que ignora quien pudo secuestrar a la pequeña.

Grissom y Sara, por su parte, comparan la réplica en miniatura de la escena del crimen mientras se encuentran en el escenario real. Los investigadores observan que el charco de sangre de la cocina es idéntico al de la maqueta y que el disco colgado en la pared es un álbum de Izzy Delancy, una estrella del rock. Sophia y Greg llegan a la vivienda, donde interrogan a la niñera, Annie Lansfield, a Madeline -la esposa del cantante- y a su hijo Sven. Annie explica a los forenses que encontró el cuerpo inerte de Izzy con la cara sobre un cuenco de avena.

En la casa de la víctima, Greg encuentra restos de actividad sexual en las sábanas de Izzy y Grissom halla un rodillo de mármol en la despensa con una mancha, que le lleva a pensar que el objeto pudo ser el arma del crimen. Posteriormente, el doctor Robbins confirma que Delancy falleció tras recibir un fuerte golpe en la cabeza.