Asesino de policías

La acción se sitúa en una carretera donde se efectúa un control policial. El agente Insko se aproxima a un coche y pide a su conductor la licencia. Mientras hojea la documentación y anota en su agenda electrónica unos datos, recibe un disparo y el vehículo se da a la fuga. Además, el compañero que le acompañaba en el coche patrulla ha desaparecido misteriosamente.

En la escena del crimen, Calleigh encuentra trazos parciales de las ruedas en la sangre que rodea el cuerpo de Insko. El número de matrícula que anotó el agente en su agenda no concuerda con el que correspondería con esas ruedas, con lo que se deduce que se trataba de una placa de matrícula robada. Alexx, por su parte, recupera una pequeña porción de la licencia de conducir del asesino a través de la bala alojada en el chaleco de Insko.

Con estos datos, los agentes encuentran rápidamente el coche, a cuyo volante se encuentra una estudiante de un colegio católico de 16 años, Missy Marshall. Ryan sospecha que Brookner pudo haber estado en el asiento de atrás, por el fuerte olor a orina que se desprende de la tapicería, originada previsiblemente por el miedo. Missy dice que ella no ha matado nadie pero que un hombre que conoció por la mañana, Jojo, sí lo había hecho.

En el hotel Faircoast, Ryan interroga al director, Brett Adams, que identifica una foto de Missy y le cuenta que tanto ella como su novio son clientes habituales de su establecimiento. A petición del agente, Adams le conduce a la habitación de Jojo, donde descubren instrumentos para perpetrar robos.